normas y límites niños
La importancia de las normas y límites para nuestros hijos

FECHA

Una de las cuestiones que más se repite en las consultas y asesorías de coaching familiar es referente al tema de establecer normas y límites en el hogar con nuestros hijos, cómo debemos ponerlos, qué hacer cuando los peques se los saltan y, por otro lado, cómo podemos lidiar con esos familiares -ya sean de nuestra familia nuclear o política- que se entrometen en la forma de educar a nuestros hijos e incluso, aplican con ellos ese modelo educativo más autoritario, basado en los chantajes y amenazas, con ese “porque lo digo yo”.

Algo que me llama bastante la atención y me resulta muy curioso al estar íntimamente relacionado, por lo que en este post me gustaría reflexionar un poquito sobre la importancia de las normas y los límites para la vida de nuestros hijos y cómo gestionar las relaciones con esos familiares tóxicos mientras te expongo mi humilde opinión.

¡Empezamos!

Los límites forman parte del ser humano

Los límites forman parte de nuestra vida, de cada uno de nosotros, desde el momento en el que nacemos, por eso siempre digo que nuestro primer límite es nuestra propia piel. 

Son buenos, sanos y necesarios para sentar las bases de nuestra convivencia, tanto en familia como en comunidad, dentro de esta sociedad de la que todos formamos parte. 

Soy consciente de que hay corrientes educativas totalmente contrarias a los límites y normas para los niños, pero nuestros hijos los necesitan, necesitan tenerlos y necesitan aprender a marcar sus propios límites.

Estoy segura de que todos queremos que nuestros hijos se conviertan en adultos libres, que tengan su propio criterio y aunque escuchen y valoren los consejos y opiniones de sus padres, pareja, familiares y amigos, sean capaces de formar sus propias ideas mentales, tengan sus propios argumentos y no hagan las cosas porque nadie lo dice.

Y es que hemos vivido durante muchos años con la creencia errónea de que los niños deben obedecer los deseos y peticiones de los adultos y en muchas ocasiones, el problema que tenemos ante esas situaciones con nuestros familiares -que nos incomodan con sus comentarios y sus formas de actuar- es eso mismo, el no saber plantarnos, no saber marcar nuestros límites o no ser capaces de hacerlo por miedo, respeto o pudor.

Relaciones que al final se fundamentan en el miedo porque cuando uno necesita tener el control sobre los demás, se debe a que no confía en ellos y, sobre todo, a que no confía en él mismo.

Así que, sin darnos cuenta, enseñamos a nuestros hijos esa misma forma de proceder, ese tener que aguantar, ese tipo de respeto y fomentamos la creación de esas relaciones tóxicas que literalmente, van a marcar sus vidas.

Debemos aprender a poner límites desde el amor

Estableciendo las normas y los límites de forma consciente, no vale “porque sí” “porque lo digo yo” y hoy hay que cumplirlos pero mañana no o para ti sí existe ese límite pero para mí no.

La falta de coherencia hace que los niños no se comprometan con las normas del hogar, así que los límites y normas siempre serán para todos, porque aquello que nosotros como adultos no somos capaces de hacer, será muy difícil de cumplir por parte de los niños.

Además, esas normas serán mucho más fácil de respetar si hay una explicación previa, una justificación por la que establecemos ese límite que si simplemente lo imponemos.

Por eso es importante conocernos bien y trabajar todos esos aspectos que tenemos automatizados, para poder garantizar esa coherencia y educar siendo nosotros el modelo, el adulto que queremos ver en nuestros hijos.

Debemos aprender a poner límites desde el respeto mutuo, porque nuestras necesidades, deseos y preferencias, también cuentan. La seguridad y el bienestar de los demás tienen tanta validez como la nuestra y en este punto, el límite debe ser claro.

Todos deberíamos poder manifestar qué normas nos gustaría que existiesen en casa para garantizar que todos nos sintamos escuchados, valorados, tenidos en cuenta y a gusto.

Además, los niños tienden a cumplir mucho más todas las normas que pactamos con ellos que si intentamos imponérselas. Te animo a hacer la prueba y dejarme tú experiencia en los comentarios.

Si quieres profundizar un poquito más sobre normas y límites en la infancia, te dejo el enlace a un post en el que te explico más en detalle cuántos límites debemos poner a nuestros hijos, las claves para hacerlo de forma consciente y respetuosa y mucha más información que pienso te puede servir de mucha ayuda para darte claridad y foco.

Tus hijos te necesitan de modelo

No debemos complacer a todo el mundo y no pasa nada, al contrario, está muy bien no hacerlo. Debemos fijar y exponer nuestros límites a esos familiares que no respetan nuestras decisiones, con una comunicación afectiva, es posible ser firme, afectivo y efectivo.

Pero no debes aguantar porque son tu familia, porque es la que te ha tocado y, además, es importante que actúes así para ejercer de modelo con tus hijos, enseñándoles a marcar sus propios límites.

De esta manera llegará el día en el que sea tu propio hijo el que diga a su abuela “No abuela, esto es chantaje y no lo voy a permitir” o “¿me estás amenazando? porque las amenazas no están bien”, ese día se quedarán sin palabras y ese día sentirás paz, sabrás que lo has estado haciendo bien, muy bien, porque tu hijo o hija será una persona libre capaz de marcar sus propios límites sin que tú tengas que estar ahí para protegerlo.

¿Y se van a intentar saltar los límites? Si claro. Al igual que tú te saltan en ocasiones los límites de velocidad, aparcas donde no debes porque solo es un momentito y están las carreteras llenas de señales de tráfico para recordarte cómo lo debes hacer.

“Para aprender necesitamos tiempo, paciencia y mucho amor”.

 

Nuestros hijos están aprendiendo, y como tal, experimentan, prueban a ver hasta dónde pueden llegar, se equivocan, se les olvidan… y ahí debemos estar nosotros, con firmeza, cariño, paciencia y mucho amor para acompañarles y recordarles las cosas siempre que lo necesiten.

Todo suma y todo cuenta

Cada día somos más familias las que formamos parte de esta comunidad tan bonita que hemos creado. Familias con retos, dificultades y problemáticas diferentes, familias que llegáis a Educar en Calma gracias al sexto sentido que se nos desarrolla al convertirnos en mamás (sí, también a algunos papás) y sentimos que “algo no va bien”, aunque a tu alrededor nadie te entienda, le quiten importancia argumentando que es algo normal, “una etapa que te toca vivir” y tienes que superar como puedas, “pero firme y con mano dura, para que no se te suban a la chepa”…

Sé que si estás aquí es porque eres valiente, porque poquito a poco, a veces, muchas veces a contracorriente vas dando esos pequeños pasos que cada día te van acercando a esa madre o ese padre que quieres ser para tus hijos.

Porque no, no tienes que aguantar, no tienes que imponerte, no es lo que toca, existe una forma muy diferente de hacer las cosas, desde el respeto y la dignidad que no me cansaré de repetir merecen, necesitan y nunca deberían haber perdido los niños.

Así que si quieres aprender a poner límites, ya no solo a tus hijos, también a tu familia y en general, en tu vida, te recuerdo que en la escuela de Educar en Calma tienes para ti la Masterclass Normas y Límites en la familia desde el respeto mutuo.

Una formación de una hora de duración en la que te enseño todo lo que necesitas saber para fijar esos límites que van a marcar un antes y un después en todas tus relaciones, consiguiendo esa calma que quieres en tu vida, respetando las necesidades y el bienestar de todos los miembros de tu familia, también las tuyas.

No estás sola y siempre que esté en mi mano voy a ayudarte, porque tú también puedes disfrutar de la maternidad y crianza de tus hijos, sea cual sea tu situación, en calma.

Un abrazo y gracias por estar aquí,

Foto de Andy T en Unsplash

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