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Cómo gestionar el exceso de regalos en Navidad

FECHA

Ya queda muy poquito para que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente visiten todos nuestros hogares en la noche más mágica del año. Un acontecimiento que nuestros hijos esperan con mucha ilusión y que normalmente se caracteriza por el exceso de regalos.

Cada año nos proponemos hacerlo un poquito mejor, ceñirnos a lo que realmente desean nuestros pequeños e incluso intentar llevar a cabo la regla de los 4 regalos, pero entre lo que piden nuestros hijos, lo que nosotros acabamos comprando de más porque nos gusta, nos llama la atención o pensamos que les puede sorprender y las aportaciones de familiares y amigos con sus deseos de contribuir en un día tan especial para los niños, se acaban acumulando bajo el árbol más paquetes de los que en un principio nos habíamos propuesto.

Llegados a este punto… ¿Cómo podemos gestionar esta sobrecarga de regalos? ¿Es perjudicial para nuestros hijos? ¿Cómo puede afectar a su desarrollo? Sobre todo esto vamos a profundizar en el artículo de hoy, para que con unos pequeños consejos, puedas disfrutar también de este momento, en calma.

Consecuencias negativas del exceso de regalos para los niños

Solemos tener la creencia errónea de que cuantos más regalos tengas los niños más felices serán, corriendo el riesgo de caer en el conocido Síndrome del niño hiperregalado.

Recibir demasiados juguetes perjudica a los niños. Tener todo lo que desean, incluso más de lo que podrían imaginar, hace que no valoren las cosas ni el esfuerzo que conlleva conseguirlas, a pesar de nuestros buenos deseos.

Tener todo lo que piden les hace menos tolerantes a la frustración al pensar que pueden obtener todo lo que quieren, acaban convirtiéndose en niños insatisfechos, que no se contentan con nada y poco creativos, no siendo capaces de dejar volar su imaginación al jugar con todos esos regalos y con un vacío emocional muy difícil de satisfacer.

Se pueden convertir en niños caprichosos y egoístas, llegando a desarrollar el síndrome del niño tirano, acostumbrado a lograr todo lo que quiere en cualquier momento.

No serán capaces de apreciar lo que tienen, ni tendrán en cuenta el valor emocional tras un regalo, llegando a pensar que el valor de una persona está en los bienes materiales que posea.

Los niños hiperregalados se convertirán en adultos materialistas y consumistas. 

¿Cómo gestionar la sobrecarga de regalos?

Tras analizar las consecuencias negativas del exceso de regalos para nuestros hijos, seguramente estés pensando en cómo abordar la situación cuando por más que queramos, se nos va de las manos.

A continuación te dejo algunos consejos que espero te sirvan de guía para encauzar la situación:

El principal problema está en que reciben muchos regalos en un periodo muy corto de tiempo, por lo que lo primero que podemos hacer es dosificar y rotar.

Una vez estén abiertos todos los paquetes, observar qué juguetes les llama más la atención, incluso si son más grandecitos preguntarles qué les ha gustado más,  dejarles dos o tres y el resto guardarlos para cuando veamos que pierden el interés, rotandolos a lo largo del año según sus necesidades y preferencias. 

Así conseguiremos que saquen el máximo partido a cada uno de los juguetes, captar de nuevo su atención y que reciban con ilusión cada nuevo regalo que le vamos ofreciendo.

Además, es importante que cada juego o juguete tenga su sitio, que todo se mantenga ordenado y a su alcance para que ellos puedan elegir con qué jugar en cada momento y una vez terminen, puedan devolverlo a su sitio solitos.

También podemos aprovechar estas fechas para hacer revisión de todo lo que tienen nuestros hijos, retirar esos juguetes que ya no se adaptan a su edad, no utilizan o están deteriorados, regalando, reciclando, donando o tirando lo que ya no esté en buen estado y no se pueda reparar. 

Esta es otra labor que podemos hacer en familia y que sin duda, también tiene muchos beneficios para nuestros hijos, a la vez que hacemos limpieza y hueco para lo nuevo.

Tiempo, el mayor de los regalos

Vivimos en una sociedad consumista, que no nos ayuda en nuestra labor como padres y que en muchas ocasiones, no nos permite pasar el tiempo que realmente nos gustaría con nuestros hijos, incluso llegamos a prestarles menos atención de la que necesitan en nuestra rutina de días infinitos con miles de tareas y obligaciones.

Podemos caer en el error de intentar suplir esas carencias con regalos para que sean más felices, pero es importante saber y tener presente que los niños no necesitan regalos para ser más felices, necesitan tiempo con sus padres, con sus abuelos, con sus seres queridos.

Es probable que al terminar de leer estas líneas te esté abordando el sentimiento de culpa, y si es así,  me gustaría que te quedaras con el mensaje de que aún estás a tiempo de rectificar y empezar a cambiar las cosas para que tus hijos aprendan a apreciar lo que tienen y no lo que les falta.

Incluso podemos aprovechar las fiestas de Navidad para ayudar a nuestros hijos a desarrollarse como personas, inculcandoles valores como la solidaridad, la bondad, la generosidad, la gratitud o la empatía, los verdaderos valores de estas fechas.

Dejemos atrás todas esas creencias que tenemos tan arraigadas, empecemos a mirar a través de los ojos de nuestros hijos, a volver a disfrutar de las pequeñas cosas y sobre todo, sigamos al niño.

¿Cómo gestionáis en casa los regalos de Navidad? ¿Se suele ir mucho de las manos? ¿Notas a tus hijos más irritables estos días? Déjame tus experiencias en los comentarios, me encantará leerlas y hablar un poquito.

Un abrazo y gracias por estar aquí,

Photo by Eugene Zhyvchik on Unsplash

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