La piedra es de los primeros regalos que los niños pequeños suelen hacer aquellos adultos que tienen cerca y que sienten cerca.
Recuerdo que, cuando fui la universidad, al estudiar el significado que tienen para los niños ciertos objetos cotidianos, vimos la importancia de las piedras y su significado.
Y es que, en muchas ocasiones, por el ritmo del día a día, los adultos no les damos el mismo valor que los niños.
Si nos ponemos a pensar, no es difícil que vengan a nuestra memoria esos momentos en los que observamos a los niños coger piedras de diferentes tamaños, amontonarlas, agruparlas, tirarlas y hacer colecciones.
No importa que el tiempo pase. La piedra puede sufrir una erosión, puede ser llevaba por el agua o escupida desde un volcán, pero siempre es piedra.
Se rompen, se fracturan, chocan, se deslizan… pero su esencia, la de ser piedra, se mantiene en el tiempo.
Pero, ¿qué significado tienen las piedras para ellos?
De algún modo, parece que estamos conectados con la madre naturaleza y es en la infancia dónde se mantiene en esta conexión natural de forma más latente. Y su significado, por supuesto, es sencillo. ¿Lo adivináis ya? Pues sí, las piedras llevan implícito el significado de permanencia, de infinito. Ahora mira a tu alrededor; reconoce el terreno en el que caminas cada día y observa lentamente. ¿Ves las piedras? Las hay grandes, pequeñas, medianas, con puntas o redondeadas. Hay muchos tipos de materiales y podríamos repasar la clasificación de las rocas en calizas y demás.