Despidiendo la primavera en GSD El Escorial

FECHA

Escuché el nombre de Gredos San Diego hace años, muchos años. Es aquí donde te das cuenta de que el tiempo ha pasado también para ti y comienzas a tener una edad. 

Me habló de su colegio mi amiga Elenita, (por muchos años que pasen seguirá siendo Elenita, por supuesto) mientras nos reíamos porque me contaba divertida que su profesor de Religión era un cura que estaba casado. Y nosotras nos reíamos porque había cosas que no nos cuadraban, por algo que nos habían contado en catequesis sobre un “silbato” o algo así. 

Este colegio, el primero estaba situado en Vallecas, estaba formado por un grupo de personas (docentes y no docentes) que, en un momento complicado, decidieron dar un paso al frente y formar una cooperativa de educación salvando su colegio y, con él, a muchas familias que querían mantener este centro, su centro, abierto.

Pasaron los años y mi amiga se graduó en su colegio y GSD creció. Creció tanto que es internacional. Tienen un centro en Costa Rica y 8 colegios a lo largo y ancho de la Comunidad de Madrid. 

Una invitación al teatro

Conozco desde hace un tiempo a varios profesores del centro que está situado en El Escorial y, hace unos días, os contaba a través de Instagram que había estado con mis peques en el teatro que hicieron los alumnos de Secundaria gracias a la invitación del responsable de esta actividad. Nos gustó la obra, la sencillez y la originalidad de sus actores, el pequeño Pablo y su desparpajo ante los familiares y amigos que los acompañaron y, sobre todo, nos gustó conocer como detrás de un “fatalidad” el equipo al completo cambió de personajes, se aprendió otros papeles y se apoyaron para que la actuación saliera perfecta. 

Fiesta de la Primavera

Una semana más tarde me volvían a invitar a la Fiesta de la Primavera, una jornada familiar, escolar y solidaria a la que no pude resistirme porque cuando hablamos de familia y escuela, el corazón me late más deprisa. Y si a esto le añadimos el factor solidaridad, Educar en Calma acude a la llamada para colaborar. 

A esta fiesta acuden las familias y pueden ver a sus hijos en actuaciones musicales, pueden ver las exposiciones que con tanto trabajo y esfuerzo han hecho sus hijos (impresionante una maqueta con terrones de azúcar moreno que simulaba los sillares de piedra de un templo romano), pueden hacer diferentes talleres de pulseras, juegos tradicionales, talleres de botánica, pintaras, cooperativas escolares y operación libro, con un trasfondo de colaboración con Acnur con los beneficios recaudados en toda esta jornada. 

Me sorprendió el entusiasmo del profesorado en cada uno de los puestos, trabajando en equipo y de forma activa. Me gustó ver la implicación de las familias que acudieron, así como de los alumnos que tuvieron que madrugar un poquito el sábado para aportar su granito de arena. 

Siempre os digo que familia y escuela deberían de ir de la mano, ya que nos une un presente y un futuro: los niños. Y me gustan especialmente estas jornadas en las que ambos pilares damos nuestra mejor versión, educando en valores reales que no quedan sólo en papel mojado, sino con acciones concretas y con una finalidad puesta. 

En el día a día a los padres nos cuesta a veces encontrar momentos en los que acercarnos y decirles al profesorado que está con nuestros pequeños (porque podrán tener 18 años, pero seguirán siendo nuestros pequeños), palabras de animo, de cariño, de confianza ante su trabajo, de gratitud… y me gustó observar a padres y madres hablar con los profes de sus hijos de una forma más distendida, cariñosos, llenos de palabras que dan aliento, sobre todo, casi al terminar el curso, que se nos está haciendo largo ya a todos. Y son estas cosas las que no suelen salir en blogs o en medios de comunicación. Pero son muchas las familias que están -estamos- contentas con el profesorado, que confiamos y valoramos su trabajo, su ilusión y su entrega en el día a día. 

Desde aquí aprovecho para felicitar a este equipo de profesionales que, el día anterior recibieron la buena noticia de que las semillas sembradas a lo largo del proceso educativo habían tenido jugosos frutos, y es que, más allá de lo que los informes o notas de corte puedan decir, están orgullosos de sus chicos y de que logren alcanzar sus sueños, aunque tristemente haya que centrarlos en unas décimas.

Innovación educativa, esfuerzo y constancia para cambiar el mundo

Sois muchas las familias que me preguntáis sobre colegios que estén llenando a cabo innovación educativa. Soy consciente de que todos en algún momento hemos mirado y envidiado a Finlandia y su sistema educativo libre de deberes y con espacios en la naturaleza que permitan la reflexión, el juego y el aprendizaje de los niños. 

Un plus de este colegio es contar con un entorno privilegiado y es que tienen el embalse de Valmayor a sus pies y en el horizonte el Monte Abantos. 

Contar con espacios naturales integrados en el colegio donde aprender, reflexionar, jugar o salir a divertirse y compartir mientras observan diferentes plantas y arbustos, sirve para romper el esquema tradicional de aula enriqueciendo al alumno y aportándole ese valor que, a veces, envidiamos de los países nórdicos y que, sin embargo, ya estamos teniendo a nuestro alrededor.

Siendo el lema del colegio “Mundum labor mutat” (El trabajo transforma el mundo), es lógico que valoren el esfuerzo y deseen que todas las personas que forman parte de esta familia GSD sientan, de alguna manera, que toda su ilusión y esfuerzo en el día a día consiguen transformar el mundo, ya que van sembrando semillas con valores educativos. 

Conclusiones y agradecimientos

Gracias por la invitación a esta fiesta familiar y solidaria. En casa aportamos comprando nuestras camisetas y las de los niños para colaborar con Acnur, también cogimos bocatas para pasar la mañana (gracias por la paciencia con los niños y el “córtanos el bocata”, “yo no como atún” y peculiaridades varias de mi pequeña gran familia). Fue divertido pasar una mañana con vosotros y poder jugar con los niños con un ajedrez gigante (no tanto como el de Harry Potter pero suficiente para que los enanos disfrutaran el doble). 

Hasta aquí llega el post de hoy, espero que os ayude a conocer otros centros educativos que organizar eventos con las familias (no solo las típicas puertas abiertas) y que hacen que la unión entre familia y escuela no sea algo utópico, sino real.

Más información sobre los colegios GSD

Un abrazo y gracias por estar ahí, 

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Elisa Molina

Experta en Educación Humanizada. Maestra, coach de familia y experta en Altas Capacidades. Conferenciante y ponente internacional. Autora del libro "Educar en Calma", ed. Teconté; y los cuentos "Con un susurro basta" y "Cerebro de monito", ed. Carambuco. Fundadora de Educar en Calma. ¿Cómo quieres que te recuerden tus hijos?
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