Parece que fue ayer cuando paseábamos por el mercadillo medieval del pueblito en el que vivíamos y comencé a sentir unas punzantes contracciones en la zona de los riñones. Pensaba que sería una falsa alarma porque tan solo unos días antes, en una revisión, nos retrasaban la fecha probable de parto una semana más…
Pero no, siempre tuviste claro que nacerías como tú quisieras. Eres un líder nato y tu capacidad de decisión ya se vio incluso en tu forma de nacer.
Tu nacimiento fue rápido, muy rápido. En cuestión de dos horas sentía que te escapabas de mí y tuvimos que lanzarnos hacia el hospital como si viajáramos en nave especial. Al llegar nos confirmaron algo que yo intuía: la dilatación era completa y, al pobre Luis, el matrono que estaba de guardia aquella noche, no le daría tiempo ni a fumarse un cigarro antes de que la bolsa se rompiera y salieras disparado.
¡Qué ilusión te hace conocer cómo llegaste a este mundo!
Llegaste para demostrarme que los miedos que tenía sobre si se podría querer a otro hijo igual que quería a tu hermano se disiparan y es que siempre te he querido, pero al sentirte tan calentito encima, con esos ojos tan grandes, caí enamorada de ti, como ya me pasara 23 meses y 4 días antes con Álvaro.
Gestionar un carácter como el tuyo no es fácil, sobre todo, para ti, que tienes las emociones a flor de piel. Eres un alma sensible, aunque a veces parezca que lleves una coraza puesta. Tienes el don de alegrarnos la vida, que sonreír con el corazón y hacer que un hoyuelo aparezca en tu cara para avisarnos de lo feliz que estás. Tienes la capacidad de estar siempre disponible para ayudar, colaborador y gran aprendiz, llegarás hasta donde quieras porque te gusta aprender a hacer de todo, preguntar sobre curiosidades variadas y disfrutar de la vida con una sensibilidad hacia los demás y hacia el reino animal que me deja boquiabierta.
Cumples 7 años y yo voy viendo el niño en el que te estás convirtiendo. La capacidad de razonar, de compartir, de debatir, de confrontar y buscar alternativas hacen que vea que eres increíble. Solo espero estar a la altura para seguir acompañándote y es que, como ya me dices, en otros 7 años, tendrás 14, y yo sentiré que cada día que pasa es un día menos para seguir teniéndote en mi regazo, jugando a las palmas, riéndonos por alguna palabra que nos inventamos y preparando la cena juntos…
Disfruta de tu nueva vuelta al sol, Diego. Te quiero desde aquí a la luna -y sí, sé que hasta el agujero negro es más lejos-.
Un abrazo y gracias por estar aquí,
Photo by Gaelle Marcel on Unsplash
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