Si llevas tiempo formando parte de la comunidad de Educar en Calma, ya sabrás que uno de mis mantras es que cada día nos esforcemos y trabajemos para ser nuestra mejor versión, para favorecer nuestra serenidad y calma, además de poder nutrir y reforzar las relaciones intrapersonales que mantenemos con nuestros hijos, seres queridos, compañeros de trabajo y por supuesto, nuestra pareja.
Entiendo que si has abierto este post es porque tu relación de pareja te preocupa, te importa, tu pareja es alguien muy especial e importante para ti y te gustaría cuidar a ese ser maravilloso que elegiste como compañero de viaje para esta gran aventura llamada vida.
Estoy segura que te gustaría envejecer junto a esa persona, pero quizás hay algunos puntos que necesitáis mejorar, la comunicación no termina de fluir o sientes una pequeña desconexión con él o ella, conexión que te gustaría recuperar y reforzar.
Hoy me gustaría dejarte una reflexión que espero nutra tu alma y te aliente a seguir trabajando para ofrecer al mundo tu mejor versión, cuidar y mimar a tu pareja, para que cada día al levantarte, lo sigas eligiendo y te siga eligiendo como compañero o compañera de vida.
¿Los cambios son buenos o malos para una relación de pareja?
El paso del tiempo lleva implícito cambios en nuestro ser a nivel externo e interno.
Tenemos que aceptar que los cambios ocurren, los seres humanos vamos creciendo, evolucionando, y bajo mi punto de vista, el tiempo nos hace mejorar.
Las relaciones de pareja están formadas por personas, por eso mismo no pueden ser estáticas, evolucionan a la par que nosotros. Esas frases tan comunes de “cómo has cambiado” o “ya no eres la persona de quien me enamoré”…
No debemos verlo como algo negativo. El paso de los días, los meses, los años y los aprendizajes de la vida, nos hacen evolucionar, crecer, esto no significa ser hipócrita, significa que vamos puliendo nuestros pensamientos, interpretamos la realidad de una forma diferente a como lo hacíamos cuando éramos más jóvenes.
Es importante ampliar nuestro sistema de creencias, llenarlo de empatía, de conexión y positividad, una calma que solo se consigue con el paso de los años.
No tengamos miedo a los cambios, el crecimiento personal y de la pareja tienen que ir unidos de la mano y el equilibro perfecto solo se consigue con mucha comunicación, escucha activa, voluntad, paciencia, tiempo, cariño infinito y mucho respeto mutuo.
Porque quizás te gustaría crecer como persona, como profesional, tener o no hijos.. y es importante que todo lo que queremos o no en nuestra vida, nuestras expectativas, nuestros sueños o deseos, se los comuniquemos a la pareja para poder engranar las piezas y que la relación funcione y crezca junto a nosotros.
“Es importante que definamos los valores que nos gustaría que estuviesen siempre presentes en nuestra relación de pareja, fijar unas bases a las que podamos volver siempre y a partir de las cuales, vamos a crecer juntos”.
En una relación de pareja nada “debe ser”, todo es lo que tú quieras que sea, y para llegar a ese punto, tenéis que hablar y reflexionar sobre cuáles son esos fundamentos en los que queréis asentar vuestra relación de pareja.
Poner en común vuestros valores, sin miedos, sin vergüenzas, sin pudor, es el único camino para crecer juntos en pareja, siendo y haciendo equipo.
Sois dos personas libres e independientes que en un momento determinado decidisteis unir vuestros caminos, para seguir avanzando hasta que el tiempo nos haga envejecer, y si queremos llegar a ese destino, tenemos que trabajar juntos a día de hoy, empatizando, escuchándonos, alentándonos, con unos valores bien definidos a los que podáis volver cuando aparezcan los retos, las crisis, las dificultades, para coger impulso y seguir adelante, en equipo.
¿El cerebro condiciona nuestra relación de pareja?
Se ha hablado mucho a lo largo de los años sobre las diferencias entre el cerebro femenino y masculino, sobre la forma en la que hombres y mujeres percibimos la vida, en teoría, totalmente diferente, ¿pero realmente es así?
Por mi cerebro de filósofa no me gusta dar las cosas por sentado, por lo que después de mucho estudiar y reflexionar sobre el cerebro humano, he llegado a la conclusión de que esto no es más que otra etiqueta que nos ha acompañado a lo largo de los años.
Soy fiel creyente de la educación y bajo esta premisa, creo que no es una cuestión de diferencias de cerebros, es más una cuestión de estimulación y educación que nos permita abrir áreas cerebrales y no nos condicione sobre lo que tenemos que hacer o lo que se nos tiene que dar mejor al ser hombres y mujeres.
Creo que si los cerebros son tratados de forma diferente según nuestro sexo, lo único que hacemos es etiquetarnos, condicionarnos y no trabajar las diferentes áreas cerebrales que todos tenemos, seamos hombres o mujeres, y que si no entrenamos, es imposible que se activen.
Si damos las mismas oportunidades a niños y niñas, hombres y mujeres, sin segmentar y sin poner etiquetas, el ser humano llegará a tener un pensamiento mucho más divergente, más variado.
“Cuando hay conexión, aprendizaje y vinculación, independientemente de nuestro sexo, podemos llegar a donde queramos”.
Dejemos de poner etiquetas, de condicionarnos sobre si el cerebro masculino puede o no empatizar, cuidar, mimar o el femenino aprender mejor o peor.
Centrémonos en que somos personas, que tenemos capacidades diferentes porque cada uno de nosotros somos únicos, maravillosos, exclusivos y dediquémonos a cuidar a nuestra pareja, valorar esas cosas que sí hace bien, complementandonos, haciendo equipo, centrándonos en apoyarnos y en las cosas positivas.
Daros la oportunidad de aprender, equivocaros, crecer, sumar, en equipo.
Que el cerebro no sea una excusa para decir que no nos entendemos con nuestra pareja, si nos tratamos como personas con capacidades diferentes, si ponemos de nuestra parte y colaboramos, podemos construir relaciones maravillosas.
El amor sin etiquetas, sin condicionamientos, si queremos, no tiene límites.
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- Volverás a disfrutar de esa relación tan valiosa que tienes.
Espero que este artículo te sirva de aliento para seguir cuidando, mimando, valorando tu relación de pareja y por supuesto, trabajando para mantener y reforzar el vínculo y la conexión con ese ser maravilloso del que hace unos años te enamoraste, con sus virtudes y defectos, que seguro en ese momento, te parecían menos malos. Me encantaría conocer tu opinión, tu reflexión sobre lo que he compartido contigo en este post. Te leo en los comentarios.
Un abrazo y gracias por estar aquí,
Photo by Sara Dubler on Unsplash
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