La concentración es fundamental para el aprendizaje, a cualquier edad.
Los adultos necesitamos estar concentrados cuando tenemos que hacer un trabajo, algo que sabemos y valoramos, ¿verdad?
¡Pues los niños igual! Nos puede parecer que “solo están jugando”, pero recuerda que ese es su trabajo durante los primeros años, aprender a través del juego.
Por eso necesitan concentrarse en su tarea. Permanecer largos ratos atentos a lo que están haciendo, sin distracciones, interrupciones y sin una voz adulta de fondo dándole indicaciones todo el tiempo.
Sé que es algo que nos resulta complicado por la velocidad de nuestro cerebro, las experiencias que tenemos y nuestra capacidad de predicción, pero debemos esforzarnos en respetar sus tiempos, dejar que sean ellos quienes localicen el problema, lo analicen y traten de resolverlo.
Al orientarlos en todo momento o directamente hacer las cosas por ellos -con toda nuestra buena intención y sin darnos cuenta- los convertimos en seres dependientes. Porque cuando les dejamos hacer, de verdad, descubrimos que son capaces de llevar a cabo muchas más tareas de las que nos imaginamos, sin ningún tipo de ayuda.
Para interiorizar todo esto lo ideal es trabajarlo desde el nacimiento. ¡Ojo que no estoy diciendo que no habléis a vuestros hijos! Los peques necesitan nuestros besos, abrazos y palabras de amor, todo el tiempo, todo el rato.
Me refiero a permitir que se enfrenten a esos primeros retos como, por ejemplo, que se le escape una pelota y en vez de volver a dársela, observar su reacción, si tiene curiosidad por volver a cogerla o por el contrario, mira para otro lado.
Te animo a que compartas esta información con tus familiares, conocidos y amigos, a quienes pienses que podría venirle bien saberlo. ¡Así puedes contribuir en el cambio de mirada que necesitan nuestros niños!
¿Conocías los efectos negativos para nuestros hijos de este tipo de acciones que hacemos casi de forma inconsciente? ¿Con qué ha sido lo último que te ha sorprendido tu peque al ser capaz de hacerlo por él mismo? Me encantará leer tus anécdotas.
Un abrazo y gracias por estar aquí,