Hace ya algunas semanas que dimos el pistoletazo de salida a un nuevo curso escolar. Una época del año que cada familia vive de una forma diferente según la edad de sus peques, pero ya sea que nuestro hijo empieza el cole de mayores o afrontamos un nuevo curso desde la experiencia de años anteriores, hay un tema que nos inquieta a todos, que en muchas ocasiones no sabemos bien cómo afrontar, qué decisión tomar y si será o no lo mejor para nuestros hijos.
En este post vamos a hablar sobre actividades extraescolares. Cuándo empezar y cuáles y cuántas elegir son las dudas más frecuentes que aparecen en mi bandeja de entrada una vez superada la adaptación escolar, así que para darte un poquito de luz sobre este tema que, como todos, más que preocuparnos debe ocuparnos, dejando de lado los agobios, en este artículos te doy las claves para que sepas elegir, con seguridad y calma, la mejor actividad extraescolar para tu hijo.
La clave para tomar la mejor decisión: Sigue al niño
Este es el mejor consejo que te puedo dar si quieres acertar a la hora de elegir la actividad extraescolar para tu hijo, observa y sigue al niño.
Todos (o muchos de nosotros y nosotras) hemos vivido en nuestra infancia el tener que acudir a actividades que quizá no nos entusiasmaban demasiado, como podría ser el inglés o tocar algún instrumento, porque nuestros padres pensaban que era algo necesario, bueno para nosotros, que nos iba a venir muy bien y que iba a enriquecer nuestro currículum en el futuro, aunque nosotros hubiésemos preferido estar en clase de baile con nuestras amigas o practicando algún deporte como el fútbol o el baloncesto.
Y en este punto me gustaría preguntarte, ¿cuántos de nosotros hemos estudiado traducción, nos hemos ido al extranjero o seguimos tocando ese instrumento que nos obligaron a tocar en la infancia?
Seguro que muchos de vosotros y vosotras, al igual que yo, en cuanto tuviste un poquito más de poder de decisión, dejaste de lado esas actividades para enfocarte y dedicar tu tiempo a aquello que realmente te gustaba, te llenaba y con lo que podrías pasar horas y horas investigando, aprendiendo y perfeccionando, incluso sin necesidad de apuntarte a ninguna clase.
Es importante que seamos conscientes de que nuestros hijos son seres únicos, diferentes a nosotros, con sus propios gustos, preferencias y habilidades. Por lo que es fundamental observar, con los ojos bien abiertos, a qué dedica su tiempo libre, si pasa las horas construyendo, con un balón, dibujando o muestra interés por la música y los instrumentos musicales. Ese será el punto de partida, las señales que nos darán pistas sobre el ámbito que más interesa a nuestro hijo y el tipo de actividad extraescolar por la que nos tenemos que decantar.
Además, también debemos tener en cuenta el carácter de nuestro pequeño a la hora de tomar la decisión.
- Si tu hijo es un niño activo, que necesita estar en movimiento, es probable que le interese mucho más una actividad deportiva, baile, danza, karate o natación que tener que estar sentado en una silla dos horas haciendo un dibujo.
- Si es un niño sensible, es posible que las actividades musicales, tocar algún instrumento o las artísticas, plásticas, teatro, poesía o literatura sean las que disfrute mucho más.
- Si es tímido, retraído o introvertido, las actividades cooperativas, de juego en equipo, puede que le ayuden a trabajar esa timidez y ganar autoestima al sentirse integrado como parte del grupo.
Hay muchos escenarios, muchas posibilidades, y creo que es muy importante mirar al niño que tenemos delante, observarlo y también escucharlo, valorando y teniendo en cuenta su opinión, adaptando siempre las actividades extraescolares al perfil de nuestros hijos.
¿A qué edad empezamos?
Otra duda muy recurrente es a qué edad introducir a nuestros hijos en el mundo de las actividades extraescolares. Hay muchos centro que ya en el momento de rellenar la matrícula para el primer curso de educación infantil nos encontramos un apartado en el que nos piden señalar si queremos apuntar a nuestro peque a alguna actividad extraescolar y cuál nos interesa, momento en el que empiezan a saltarnos las alarmas y surgir las primeras dudas de si es pronto o no, si se aburrirá en casa por las tardes, si con ir un ratito al parque es suficiente…
Mi opinión personal y profesional es que no empecemos las actividades extraescolares antes de la primaria. La tarea más importante para cualquier niño de etapa infantil, en la que tienen que dedicar su tiempo y esfuerzos, es en el juego.
Jugar, explorar y experimentar es la actividad esencial que tienen que llevar a cabo en estos primeros años y, si tenemos la posibilidad, que lo hagan en el campo y en la naturaleza.
Dejarles espacio para disfrutar de esas actividades que les conecta con su esencia, esas cosas que realmente les gustan, captan su atención y se les dan bien. Ahí es donde empiezan a descubrir sus talentos y que es vital para su desarrollo, físico y emocional, además que le facilitará la decisión más adelante, cuando realmente esté preparado o preparada para elegir qué actividad extraescolar quiere, sobre qué le gustaría aprender más e incluso a qué le gustaría dedicarse en un futuro.
El ocio y el aburrimiento son una parte fundamental para nuestros hijos. Momentos en los que nuestra mente se pone en funcionamiento, aparece la creatividad y esas actividades que pueden hacer sin papá y mamá.
Hay un montón de actividades sencillas que podemos hacer, que nutren a nuestros hijos y a nosotros como familia.
Tener a nuestros hijos por casa no significa que tengamos que convertirnos en monitores de ocio y tiempo libre para ellos e inventar miles de actividades, manualidades y juegos para evitar que pasen tiempo enganchados a las pantallas.
Es mucho más sencillo que todo eso, solo tenemos que dejarnos fluir por las tareas del día a día, dejando que nuestros hijos colaboren y formen parte de ellas. Preparar la cena, poner la mesa, limpiar los cristales o poner una lavadora, son actividades con las que nuestros hijos también disfrutan cuando les dejamos hacer y olvidamos el estrés y las prisas que nos hacen dejar por el camino esas pequeñas cosas realmente importantes y tiempo junto a nuestros niños.
¿Qué hago si a mi hijo no le gusta la actividad extraescolar que hemos elegido?
Algo habitual y que ocurre en muchas ocasiones es que tras varias semanas acudiendo a las clases veamos a nuestros hijos desganados, poco entusiasmados o incluso nos manifiesten que no les apetece ir, no les gusta, no se sienten cómodos…
No debemos olvidar que las actividades extraescolares son complementarias, por lo que no deberíamos obligar a nuestros hijos a acudir a ellas si no las disfrutan, podría llegar a ser contraproducente para ellos.
Todos cometemos errores y aprendemos de ellos, por lo que si no quieren seguir en una actividad, no pasa nada, nunca es tarde para redirigir la atención hacia otra área que le pueda gustar más y sentirse más cómodo.
También debemos tener en cuenta que las actividades extraescolares no deben interferir en nuestras dinámicas familiares y si, por ejemplo, tener que acudir los fines de semana a las competiciones de natación, los partidos de fútbol o las exhibiciones de gimnasia rítmica hace que perdamos tiempo de calidad en familia, no debemos apuntar a nuestros hijos a esas actividades, aunque ellos quieran.
Todos los miembros de la familia son importantes, por lo que las necesidades y bienestar de todos deben estar siempre presentes. Debemos encontrar el equilibrio y buscar otras opciones juntos con las que satisfacer esas ganas de jugar al fútbol sin tener la obligación de trasladarnos los fines de semana de un lugar a otro para asistir a los partidos.
Es importante ser coherentes con los valores que queremos transmitir a nuestros hijos, ser el modelo de adulto que queremos ver en ellos y recordad que las actividades extraescolares están ahí para sumar, para disfrutarlas y no para convertirse en una obligación más.
Hasta aquí el artículo de hoy, espero que te haya gustado, te sirva de ayuda y te brinde esos conceptos básicos que debemos tener en cuenta a la hora de elegir la mejor actividad extraescolar para tus hijos.
¿Cómo recuerdas las actividades extraescolares de tu infancia? ¿Las disfrutabas o se acabaron convirtiendo en una obligación? ¿Qué sentimientos se despiertan en ti al pensar en ellas? Te invito a reflexionar a través de estas preguntas sobre el papel que quieres que tengan las actividades extraescolares en tu familia, y, si te apetece, déjame tu reflexión en los comentarios. Me encantará leerla.
Un abrazo y gracias por estar aquí.