¡Qué difícil es ser padre/madre! Creo que entendemos mejor a nuestros padres el día que tenemos un bebé en brazos, pero, sin duda, entendemos mucho más y valoramos su trabajo de crianza el día que nuestros hijos comienzan a proponernos nuevos retos.
El período del bebé, obediencia asegurada
Y es que, al principio, cuando son bebés, los tenemos todo el rato pegaditos a nosotros, nos miran, nos observan, nos admiran… Poco a poco, van ganando autonomía y van haciendo cositas por ellos mismos. ¡Qué gratificación personal cuando consiguen alcanzar los objetos que quieren!
Pero llega un momento en los niños que dejan de hacernos caso, ¿os habéis dado cuenta? Al principio, hasta el año y medio o los dos años, parece que todo lo quieren hacer ellos, se muestran predispuestos a estar siempre “al quite” y ayudarnos…
Y de repente, un día, dejan de hacernos caso, dejan de escuchar lo que les pedimos y dejan de atender a nuestras peticiones. ¿Nos están retando?
Infancia y obediencia
Muchos padres conocen estas edades de las que os estoy hablando como «los temibles dos años» porque comienza una etapa llena de retos para el pequeño, que tiene que enfrentarse a sus propios miedos, dudas, incertidumbres y deseos de conseguir lo que se proponga, con los miedos, dudas e incertidumbres de los padres que no siempre confiamos en las capacidades de nuestros hijos y, lamentablemente, no siempre podemos permitir que exploren cualquier cosa -la seguridad va por encima de todo-.
Tenéis un nuevo vlog en nuestro canal de YouTube. Os invito a verlo y a que reflexionemos juntos sobre la obediencia, la independencia y la autonomía.
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Un abrazo y gracias por estar ahí,