proteger o sobreproteger a los niños
La sobreprotección lleva a los niños a la incapacidad

FECHA

Poner límites a nuestros hijos no es una tarea fácil. La línea que separa el libertinaje del control excesivo y autoritario es muy fina, algo que hace que los padres y madres puedan perder la perspectiva y que, sin querer, se tienda hacia un lado u otro.

Normalmente veo muchos casos de padres que al intentar dejar atrás el autoritarismo, acaban más cerca del libertinaje de lo que se debería, algo que también es perjudicial para los niños.

Encontrar ese equilibrio en el que la balanza se sitúe en el centro entre el apego, el respeto mutuo, la cooperación, la conexión, el amor incondicional, la autonomía y unos límites que den seguridad a los niños, sin obediencia ni imposición, ya te he adelantantado no es fácil, pero tampoco imposible.

En el post de hoy me gustaría hablar sobre la sobreprotección, qué es y cómo podemos evitarla, para que nuestros hijos crezcan independientes, sanos, con una autoestima fuerte, seguros de sí mismos y con mucho, mucho, amor incondicional de papá y mamá.

El libertinaje, una falta de respeto hacia los niños

Mejor o peor, todos hemos sido educados. Padres y madres en todas las épocas han querido educar a los niños de la mejor manera posible, que antiguamente significaba “papá -sobre todo papá- decía y los niños -y mamá- obedecían”.

Eso era lo correcto, lo normal. Por suerte el paradigma ha cambiado y hemos pasado de una sociedad autoritaria a unos modelos educativos respetuosos con la infancia cada vez más extendidos, con los que puede que nos hayamos pasado de frenada y nos estemos acercando más al otro extremo de lo que deberíamos.

Por este motivo, muchas familias desde el desconocimiento, queriendo hacerlo lo mejor posible para no ser autoritarias, se han pasado a la permisividad, produciendo un libertinaje que conlleva una falta de respeto total y absoluta hacia los niños.

Porque los pequeños -al igual que los adultos- necesitan límites que les aporten seguridad y con los que ir adquiriendo las normas de la sociedad de la que forman parte.

Dejarlos hacer sin más es tan poco respetuoso como estar controlándolos todo el tiempo, y ahí es donde tenemos que estar atentos.

¿Sin límites se puede caer en la sobreprotección?

Rotundamente sí.

La sobreprotección es llevar al niño a la incapacidad. El mensaje que recibe nuestro hijo es que sus padres no confían en él y por ese motivo, lo hacen todo por él. 

El niño se ve incapaz porque no le dejan moverse ni desarrollarse con libertad, tiene limitada la autonomía para experimentar y ganar la seguridad que necesita para explorar el mundo.

Una seguridad que se consigue a través de los límites, no de la protección excesiva.

Poner límites desde el respeto no es complicado, pero cuando no sabes puede ser un mundo, por lo que si quieres profundizar un poquito más sobre este tema, te dejo el acceso directo al episodio del podcast en el que hablamos largo y tendido sobre Límites, normas y libertad.

Podcast que está en exclusiva en la plataforma Podimo y a la que puedes acceder a través de mi enlace por menos de 1 € al mes.

¿Qué es la sobreprotección?

Como ya habrás podido imaginar, sobreproteger significa ejercer un exceso de protección hacia nuestros hijos.

Acciones como querer evitar constantemente que se caigan o se puedan hacer daño, no dejar que hagan por sí mismos las cosas que podrían hacer si los dejamos y les facilitamos los materiales adecuados, controlarlos en exceso, limitarlos sin motivo…

La sobreprotección es algo común en padres primerizos que quieren evitar cualquier cosa mala que pueda pasarle a sus hijos, padres muy perfeccionistas, inseguros, temerosos o muy controladores.

La delgada línea entre proteger y sobreproteger

No entender esta diferencia hace que muchos padres caigan en el error de sobreproteger a sus hijos de forma inconsciente.

Protegemos a nuestros hijos cuando les acompañamos, les guiamos y alentamos manteniéndonos en un segundo plano, dejándoles hacer dentro de un entorno seguro y preparado para ellos.

Sobreprotegemos cuando se lo damos todo hecho, cuando imponemos nuestros criterios, nuestras formas de hacer las cosas, cuando no les damos opciones y no les dejamos decidir.

En más de una ocasión hemos hablado del error de educar desde el miedo, porque al educar desde el miedo las cosas no van bien y lo único que conseguimos es transmitir nuestros miedos e inseguridades a los más pequeños.

Encontrar ese equilibrio del que estamos hablando requiere de consciencia y trabajo por nuestra parte, pero cuando lo conseguimos, brindamos muchas más oportunidades a nuestros hijos.

Debemos cuidar, proteger y acompañar a los niños, pero sin perder de vista sus necesidades y su autonomía, sin presionar ni inculcar nuestras opiniones, miedos, inseguridades y creencias.

¿Cómo podemos evitar la sobreprotección?

Escuchando, valorando y respetando su opinión desde pequeñitos. Debemos enfocarnos y trabajar en cambiar las órdenes por preguntas cerradas y sugerir las cosas en vez de imponerlas, darles a elegir entre diferentes opciones que podamos aceptar y siempre, siempre, respetar sus decisiones.

La responsabilidad fomenta la autonomía, por lo que es recomendable darles responsabilidades que puedan asumir según su edad y sus habilidades. 

Debemos tener presente que todo lo relacionado a la autonomía evita la sobreprotección.

Es fundamental observar las necesidades y los ritmos de nuestros hijos, dejándoles hacer cuando veamos que lo necesitan y no obligándoles cuando aún no estén preparados.

La pandemia ha jugado en nuestra contra en este sentido. Nuestros hijos han estado mucho tiempo sin contacto con otros niños más allá de sus hermanos -cuando los tienen- y si se trata de un niño inseguro es posible que quiera pero le cueste acercarse a otros niños para jugar.

En los momentos en que observemos este tipo de comportamientos, debemos acompañarles, animarles, darles aliento para que lo consigan, pero siempre por ellos mismos, fomentando su autonomía en todas las áreas para que aprendan a relacionarse y establecer relaciones sociales sanas.

Y como ya hemos hablado antes, debemos establecer límites claros, coherentes, simples y comprensibles para ellos. Límites para los niños y todos los miembros de la familia, sin excepciones.

Hasta aquí el artículo de hoy, espero que te haya servido de ayuda para entender un poquito más qué es la sobreprotección y cómo, a través de sencillos gestos y acciones, podemos alejarnos de ella para criar a niños seguros, independientes y con una autoestima fuerte.

Si tienes alguna duda o piensas que necesitas acompañamiento para cambiar ciertas actitudes o patrones en cuanto a la crianza de tus hijos, no dudes en escribirme a info@educarencalma.com contándome tu caso concreto y te cuento cómo puedo ayudarte.

También tienes la posibilidad de reservar una sesión de valoración gratuita conmigo en la que nos conocemos, me cuentas tus preocupaciones y te informo sobre cómo podemos tomar acción y empezar a cambiar todo eso que te perturba.

¿Piensas que sobreproteges a tus hijos? ¿Fomentas la autonomía de los más pequeños de casa en el día a día? Déjame tu reflexión, opinión y experiencia en los comentarios. Me encantará leerla.

Un abrazo y gracias por estar aquí,

Photo by Daiga Ellaby on Unsplash

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