Hoy vuelvo al blog con mucha ilusión y ganas para ayudar a las familias con 10 trucos para iniciarte en la Educación Humanizada. Y es que, últimamente, se escucha mucho hablar de ella en las redes y no es una moda más. Esto ha venido para quedarse y quiero contarte por qué.
La Educación Humanizada es una metodología educativa que está en auge porque somos cada vez más personas las que vemos los beneficios de conseguir una relación con nuestros hijos basada en el respeto mutuo, la dignidad, la confianza, la comunicación positiva, el aliento y poder transmitir, con coherencia y sentido común, que queremos a nuestros hijos.
Hoy vuelvo al blog con mucha ilusión y ganas de ayudar a las familias que vienen a acercarse a la Educación Humanizada con seguridad, sabiendo que, lejos de ser una moda pasajera, tiene cimientos psicológicos muy importantes que os ayudarán a mejorar la relación con los miembros de la familia.
Así que vamos a comenzar con los 10 trucos para iniciarte en la Educación Humanizada:
1. La Educación Humanizada tiene base psicológica, no es una moda
La Educación Humanizada tiene una base psicológica importante. Se basa en la Psicología Individual de Alfred Adler y en la Escuela Democrática que fundó Rudolf Dreikurs (seguidor de Adler). Estas bases son las que utilizamos añadiéndoles todos los conocimientos que nos dejaron grandes pedagogos como Montessori, Vigotsky, Piaget, Ausubel, Frato… y con el fin de poder ayudar a familias, de forma muy experimental y con muchas dinámicas prácticas, trabajamos para mejorar las relaciones familiares, crear conexión con sus hijos, y conseguir que disminuyeran los momentos de tensión.
2. La Educación Humanizadad empieza en ti
La Educación Humanizada no consiste en estrategias y recursos para cambiar a los niños. Los niños nacen perfectos tal y como son. Lo que necesitamos es cambiar nosotros, cambiar nuestra mirada, ajustar nuestras gafas para observar a la infancia como merece, cubrir realmente las necesidades que tiene y conseguir la cooperación para que las necesidades de todos los miembros de la familia se puedan ver cumplidos. No es facilísimo pero se puede, os lo prometo. Y recuerda que el cambio comienza en ti
3. Educamos sin castigos, ¡y sin premios!
Es algo que suele sorprender a muchos ya que los castigos no se ven como un método educativo respetuoso con la infancia y no se tolera ni la violencia física, verbal, emocional… ¡aquí no caben los abusos!
Y, de hecho, tampoco aceptamos los premios porque consideramos que la motivación interna se ve afectada por la motivación externa, es decir, que los niños harían cosas -aunque no quisieran- para conseguir el premio… y esto no va bien.
Creemos en la libertad con responsabilidad, en la cooperación, en que cada ser humano puede aportar y tiene voz, así que nos alejamos de los métodos conductistas que buscan modificar la conducta para que hagan lo que nosotros queremos, eso sería manipulación y ahí no hay respeto.
4. Miramos a largo plazo, no somos cortoplacistas
Esta es otra cuestión que suele ser inspiradora y al principio chocante para las familias. No nos centramos mucho en lo que está ocurriendo hoy sino en qué características, habilidades o destrezas me gustaría que mi hijo o mi hija tuviera cuando fuera adulto, cómo me gustaría que fuera y qué estoy trabajando en este momento con él o ella.
Al poner una meta es más fácil coger perspectiva y poder actual siendo nuestra mejor versión y modelando aquello que nos gustaría que nuestros hijos tuvieran.
5. Educamos validando emociones y gestionando primero las nuestras
Las emociones sabemos que son fundamentales, que las necesitamos y que si las tenemos es porque son necesarias para determinados momentos. Si no, la naturaleza hubiera hecho limpieza y nos hubiera dejado solo con las necesarias.
Acompañar la alegría es fácil pero, ¿qué hacemos cuando nuestros hijos están enfadados? Si no tenemos una buena inteligencia emocional es posible que se produzca un contagio, que pensemos que nos están tomando el pelo y que terminemos diciendo -o haciendo- cosas por las que no nos sentiremos orgullosos.
Así que nos toca aprender a gestionar emociones y tenemos la gran suerte de que, con niños pequeños a nuestro alrededor, podremos trabajarlas en muchas ocasiones porque oportunidades vamos a tener muchísimas, ¿verdad?
6. Entendemos cómo funcionan los niños y sus necesidades
Comprender a los niños, saber cómo se van desarrollando, cómo evolucionan, los hitos por los que van pasando y las necesidades que tienen es fundamental para poder empatizar realmente con ellos, que no nos tomemos sus “malos” comportamientos como algo personal y que seamos capaces de buscar soluciones.
¡Y es que todo tiene solución! Pero necesitamos conocernos, comprendernos profundamente y que la conexión con ellos sea de verdad. Así crecerán en un entorno de seguridad en el que todos -incluidos nosotros- podremos equivocarnos, volver a intentarlo, aprender y disfrutar juntos. ¿Qué familia no quiere eso con sus hijos?
7. Cuidarse es fundamental, así que no te olvides de ti
Pues sí, la Educación Humanizada también nos habla de nosotros como personas, más allá de ser papás y mamás, somos mujeres y hombres que necesitamos cuidarnos, querernos y tener tiempo para poder ejercer en libertad otras actividades que nos llenan, que nos gustan y que nos hacen volver con las pilas cargadas.
Así que si quieres ser tu mejor versión, por favor, no te olvides de ti. Hay que cuidarse para cuidar porque si lo intentas hacer al revés (cuidar para cuidarte) antes o después vas a terminar agotado física y mentalmente. Los niños nos necesitan con pilas bien cargadas porque todos los que tenemos niños sabemos la energía que tienen. Lejos de pensar que estás siendo egoísta, piensa que el autocuidado es un acto de generosidad.
8. Eres su modelo, su faro, no lo olvides
Ser padres y madres conscientes implica darnos cuenta de que los niños y las niñas nos observan, mucho. Muchísimo. Ellos aprenden de nuestros actos, de nuestros errores y aciertos, de todo lo que hacemos… Ya lo decía la Madre Teresa de Calcuta:
“No te preocupes si tus hijos no te escuchan,
te están observando todo el tiempo”
Así que tendremos que trabajar mucho lo que hacemos más que lo que decimos. Tendremos que poner el foco en nosotros y ser conscientes de que nuestros gestos, nuestras acciones, están siendo grabadas por sus pequeños ojillos. ¿Te sentirías orgulloso de lo que están viendo?
9. Las herramientas ayudan pero no son lo principal
Es cierto que tenemos muchas herramientas. De hecho tengo un maletín para Educar en Calma con muchísimas herramientas muy útiles. La fundamental la tienes tú: eres el papá o la mamá que tu hijo o hija eligió para vivir en este mundo y seguro que puedes ser una versión de ti mismo maravilloso y puedes educar a tu peque con ese amor tan infinito que sientes.
Responsabilidad, libertad, aliento, confianza, autoestima, colaboración, cooperación, respeto mutuo, dignidad… ¿te gustaría educar así, verdad? ¡No me he equivocado! Serás un papá o una mamá maravilloso, igual necesitas un poquito de ayuda para hacerlo mejor pero verás como enseguida podrás hacerlo mejor.
10. Todos tenemos varitas mágicas, ¿descubrimos las tuyas?
Sí, todos, absolutamente todos, podemos conectar con nuestros hijos, conectar con esa varita mágica que tenemos y hacerla vibrar.
Juntos, estoy segura, podemos hacer que esos momentos de tensión diarios (no se comen la verdura, no quieren ir a ninguna hora a dormir, hermanos que se pelean, deberes que no se acaban… ) disminuyan o desaparezcan.
¿Por dónde empezamos? ¡Yo empezaría por un taller para adentrarte en ese maravilloso mundo! Te aseguro que no volverás a mirar a tus hijos igual y podrás llevarte nuevas herramientas y estrategias que te ayudarán con tu familia.
Estate muy pendiente de la agenda porque pronto abriré plazas para un taller que te sirva para adentrarte en esta forma de educar a tus hijos basada en la amabilidad, la firmeza y el respeto mutuo.
Espero que este artículo te ayude a dar el paso que necesitas para empezar a trabajar la relación con tus hijos. Aquí tienes 10 trucos para iniciarte en la Educación Humanizada y en el taller verás como ponerlas en práctica.
Un abrazo y gracias por estar aquí,