normas y límites para niños
Normas y límites para los niños, ¿sí o no?

FECHA

Estamos ante un tema delicado. Hablar sobre límites y normas, en general, nos causa un poco de incertidumbre, incluso malestar diría yo.

Quizás porque hemos vivido una infancia cargada de restricciones, límites y normas sin medida o quizás porque tenemos miedo a no saber hacerlo bien y que nuestros hijos se conviertan en unos tiranos que solo sean capaces de mirar por sí mismos.

Sea como sea, nos resulta difícil encontrar el equilibrio a la hora de establecer límites en nuestros hogares, sin coartar la libertad de nuestros hijos, pero sin convertirnos en unos padres demasiado permisivos que no sepan establecer normas y que las pocas que se establezcan, no se cumplan.

Para tratar todo esto e intentar resolver si no todas, algunas de las dudas que seguro rondan tu cabeza cuando te planteas el tema de los límites para tus hijos, he escrito este post. 

Mi intención es darte un poco de luz, que seas capaz de decidir y establecer los límites de tu familia con seguridad, coherencia, respeto hacia todos los miembros de la familia y libertad. 

Límites VS Libertad, ¿son compatibles?

Durante una temporada, por redes sociales, blogs de crianza y maternidad “se puso de moda” el criar sin límites. 

Criar con libertad y sin límites era algo abanderado por algunas personas bajo la creencia de que no se tenía que limitar la vida de los niños, simplemente había que dejar hacer a los niños y según esa teoría, los niños, por ellos mismos integrarían lo que es bueno y malo.

Para mí esto es un gran error, todos tenemos límites y normas en nuestros día a día y en nuestra vida. Como siempre digo, el primer límite es nuestra propia piel. 

Al convertirnos en papá o mamá adquirimos una gran responsabilidad, con gusto y desde el amor más profundo que sentimos por nuestros hijos, sin duda. 

Esta responsabilidad tiene ventajas e inconvenientes y sí, uno de los inconvenientes es tener que estar recordando a nuestros hijos las normas de casa, pero esto también nos facilita tener una convivencia armoniosa y feliz, nos enseña esa habilidad, el saber respetar las normas que vamos a tener a lo largo de nuestra vida, en la sociedad, en el mundo en el que vivimos y aunque con algunas normas no estemos de acuerdo, tenemos que aprender a que hay que cumplirlas, pero adquirir estas habilidades y destrezas requiere tiempo.

Con esto no quiero decir que los niños no tienen que tener libertad, por supuesto que sí, es fundamental. Tenemos que empoderarlos, tienen que aprender, a base de práctica, de cometer errores, tienen que ser capaces de tomar decisiones por ellos mismos. 

-La libertad va asociada directamente a la responsabilidad-.

Cuando tomamos libremente una decisión tenemos que ser conscientes de que va a tener consecuencias, positivas o negativas, dependerá de las diferentes situaciones. 

Nuestros hijos deben aprender que la vida es así, un camino en el que vamos aprendiendo, creciendo a través de las consecuencias de nuestras decisiones, no podemos permitir que nuestros hijos crezcan pensando que pueden hacer lo que quieran, cuando quieran y como quieran, sería una negligencia por nuestra parte y una falta de respeto hacia las personas con las que nos relacionamos. 

Los límites y normas les aportan a nuestros hijos un entorno de seguridad en el que moverse. No pueden primar las necesidades de los niños por encima de las necesidades de los demás, respetar a nuestro hijo no puede ser a costa de faltar el respeto a otras personas.

Límites y normas para todos

Llegados a este punto me gustaría puntualizar que los límites no pueden establecerse solo para los niños. Las normas del hogar se fijan para todos los miembros de la familia, sin excepciones. 

Como todo lo relacionado con la crianza y educación de nuestros hijos, debemos modelar con nuestro ejemplo, por lo que no podemos establecer un límite que nosotros los adultos no vayamos a ser capaces de cumplir, así no va a funcionar.

Si le dices a tus hijos que durante el almuerzo no pueden ver los dibujos, tú no puedes estar respondiendo llamadas o revisando redes sociales con tu móvil.

Tenemos que ser coherentes, reflexionar e incluso si ya son más mayorcitos, debatir esos límites y normas en las reuniones de familias. 

No tengas miedo a que tu hijo contribuya, que participe en estas decisiones, al contrario, hará que sea más consciente de esas líneas infranqueables, los motivos por los que se toman esas decisiones y se sentirá escuchado, valorado y tenido en cuenta en la familia.

¿Cuántos límites tenemos que poner?

Cada familia tendrá que reflexionar y pensar qué normas y límites quiere establecer en su casa con sus hijos, pero bajo mi punto de vista y experiencia, que sean pocos y muy claros.

Debemos ser conscientes de que es posible que nuestro hijo aún no esté preparado para eso que le estamos pidiendo. Es importante hablar de las normas de la familia con ellos, anticiparnos, explicarles cuáles son, por qué es importante cumplirlas y siempre que sea necesario recordarlas, de una forma positiva, sin reproches, críticas ni sermones. 

No podemos pretender que no salten en la cama si nunca les hemos dicho que no puede saltarse en la cama. Son niños muy pequeños, solo quieren descubrir, probar y experimentar, necesitan hacerlo, pero también quieren contribuir y pertenecer, démosle la oportunidad de hacerlo.

Hay límites que son innegociables y para mí son los relacionados con la seguridad y la salud, los demás se pueden negociar, es más, para sobrevivir el día a día vas a tener que negociar mucho con tus hijos. 

Tenemos que ser muy creativas, muy flexibles a la hora de gestionar las cosas con los pequeños.

Intenta mantener siempre el respeto por ellos y por ti. Sé que no siempre es fácil, cuando tienes prisa porque vas con la hora justa para dejarlos en el cole y llegar al trabajo, quizás no es tan sencillo estar preparada con herramientas respetuosas, pero poco a poco puedes conseguirlo.

Las claves a la hora de fijar límites y normas con éxito 

  • Establece los límites que son negociables e innegociables. 
  • Siempre que puedas y se trate de límites negociables, ofrécele opciones limitadas a la hora de tomar una decisión. Si en casa el límite es que para merendar se come fruta, pregúntale si prefiere uvas, manzana o pera, opciones adecuadas a lo que tú quieres conseguir, pero teniendo en cuenta sus preferencias.
  • En lugar de decir no, intentar decir las cosas que sí pueden hacer o donde sí lo pueden hacer, el no incita a hacerlo.
  • Presta atención a la cantidad de órdenes que les damos a los niños, las normas con órdenes desconectan mucho cerebralmente, haz preguntas de curiosidad, automáticamente tenemos la tendencia de responderlas.
  • A través de la creatividad y el juego podemos conseguir una actitud mucho más colaborativa por parte de nuestros hijos, ¡haz la prueba!

Estos pequeños consejos te van a facilitar mucho la tarea de poner límites. Practicando, siendo ejemplo y recordando de forma positiva esos límites infranqueables de la familia, estoy segura de que vas a conseguir implementar las normas que tu familia necesita, desde la calma.

¿Cómo ponéis las normas y límites en casa? ¿Qué hacéis para que se cumplan? ¿Cómo gestionáis el incumplimiento de las normas? Espero que este artículo te sirva de ayuda, te aliente y te de seguridad a la hora de establecer los límites en casa. Me encantaría que me dejases tu opinión en los comentarios y si te gustaría que escribiese otro post sobre cuál es la mejor forma de gestionar el incumplimiento de las normas de la familia u otro tema relacionado. ¡Soy toda oídos!

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