Todos cometemos muchos errores en la crianza de nuestros hijos, la mayoría de ellos por desconocimiento.
Lo importante es tomar consciencia y a través de pequeñas acciones en nuestro día a día, ir cambiando estas formas de actuar, esos comentarios que tenemos tan interiorizados y que tanto daño causan a nuestros pequeños.
En la píldora de hoy te traigo los principales motivos por los que estoy segura que vas a decidir empezar a trabajar, para aprender a acompañar las necesidades de tus hijos de manera individual y ayudarles a encontrar su sitio en la familia.
1. Generan una gran pérdida de autoestima
Los niños siempre están tomando decisiones y formándose creencias sobre sí mismos y el mundo que les rodea según sus experiencias vitales (que son muy poquitas).
Al ser comparados sienten que tiene que ser de manera diferente para ser aceptados y queridos, lo que les lleva a no aceptarse a ellos mismos como son y querer imitar a otras personas.
No sentirse queridos por lo que son, sino por sus comportamientos, puede generar trastornos emocionales en los más pequeños.
2. Fomentan la rivalidad y la competencia
Los niños suelen tener la creencia de que tienen que ser diferentes para ser tenidos en cuenta e importantes en la familia.
Por este motivo empiezan a ver a su hermano como un rival, porque a través de las comparaciones perciben que es más aceptado y admirado por mamá y papá.
Para evitarlo, enfócate en la colaboración y no fomentes la competencia entre ellos.
3. Desencadenante de celos infantiles
Las comparaciones son unos de los principales desencadenantes de celos infantiles.
Todo parte del instinto de supervivencia y necesidad de pertenencia que tienen nuestros hijos e hijas.
Además, generan en los niños la creencia de que su hermano tiene más cualidades que gustan a sus padres y por ello, le quieren más.
4. Se intensifica la autoexigencia
El niño tomará como algo habitual medir sus éxitos y fracasos con los demás en vez de con su propia evolución, por lo que puede convertirse en una persona muy exigente consigo misma y esta autoexigencia acompañarle el resto de su vida.
Es fundamental que los niños aprendan a quererse y aceptarse tal y como son, que entiendan que nuestro amor por ellos es incondicional y que no depende de sus comportamientos ni de la forma de ser de sus hermanos/as.
Si necesitas ayuda para aprender a gestionar las rivalidades, celos y mala relación entre tus hijos/as, recuerdas que nos tienes aquí a un clic de distancia para analizar tu caso concreto y encontrar junt@s la solución que mejor se adapte a tu situación particular.
Un abrazo y gracias por estar aquí,