
Cenas Adivina
Desde que tiene uso de razón ha querido ser mamá, maestra y peluquera. La vida ha sido generosa con ella y le ha dejado ser las dos primeras cosas -y su perro sufre sus amagos de ser peluquera. Estudió dos años de ingeniera industrial y cambió el rumbo hacia dónde su corazón sentía que debía de ir: magisterio. En la facultad aprendió que para darle el reconocimiento que merecía su profesión igual deberíamos de decir que es “ingeniera del ser humano”.
Becada dos años consecutivos con el Premio a la Excelencia Académica de la Comunidad de Madrid, terminó la carrera con una nota media de 9,56 siendo número 1 de su promoción.
Ha trabajado en el aula hasta que fue despedida embarazada de 6 meses. Denunció a la empresa por ella y por todas las compañeras aceptando que esta sociedad penaliza la maternidad a la vez que grita que cada vez nacen menos niños.
Quedarse en casa con su primer bebé hizo que tuviera el privilegio de poder disfrutar de esas “primeras veces” en calma, sin prisa, saboreando cada avance y poniendo sus conocimientos al servicio de un ser humano en desarrollo.
Paso a paso fue compartiendo artículos en su blog personal, haciendo cursos para familias, impartiendo talleres presenciales que hicieron que su pasión y dedicación se forjaran en torno a Educar en Calma.
Escribir un libro, un cuento infantil, tener cinco hijos y seguir acompañando a las personas que con el Método Educar en Calma consiguen cambiar su mirada hacia la infancia y conectar con sus hijos es, sin duda, el mejor regalo y el motor que la impulsa a seguir trabajando a favor de la infancia.
Yo me quedé prendada de ella a los 5 minutos. Es de esas personas transparentes, generosas, apasionadas y coherentes. Su propósito de vida cambia para bien la de grandes y pequeños.
Educar en CALMA… todo una FILOSOFÍA de vida.
Gracias Elisa por esta oportunidad.
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