educar en calma es posible si sabes cómo
Educar en Calma es posible, si sabes cómo

FECHA

El camino de la maternidad, la paternidad y la educación de nuestros hijos no es un camino de rosas. Nadie nace sabiendo y menos aún a ser padres, aprendimos a través de nuestros ojos, de nuestras experiencias a lo largo de nuestra infancia, pero quizá esos aprendizajes no fueron los mejores, los más respetuosos y los que nos gustaría aplicar con nuestros hijos.

Muchos de nosotros tenemos grandes heridas que aún cargamos en nuestras mochilas y nos acompañan a lo largo de los años. Heridas que marcan nuestra forma de ser, de afrontar los diferentes retos y situaciones que se nos plantean en el día a día…

Heridas que se ven en la autoestima, en falta de decisión, en no saber qué hacer con mi vida, problemas existenciales, dificultades la hora de relacionarnos, ya no solo con nuestros hijos, también con nuestras parejas, familiares y amigos, incluso en nuestra trayectoria profesional.

Un acompañamiento, confianza, respeto y seguridad que no nos han dado pero creo firmemente, y tu también si estás leyendo mis palabras, que es importante dárselo a nuestros hijos.

¿Cuándo debemos empezar a formarnos?

Son muchas las familias que contactan conmigo (principalmente mamás) con miedos, dudas e incertidumbres sobre esta nueva aventura que están a punto de empezar, ya sea al principio, al fin del embarazo o incluso en los primeros meses con su bebé recién nacido en brazos.

En ocasiones estas mamás se muestran tímidas por preguntar cuando aún no tienen hijos y lo único que tienen es el positivo del test de embarazo, y no puedo más que darles la enhorabuena por el grado de consciencia con el que inician el camino, porque cuanto antes empecemos a formarnos, mucho mejor. 

Educar en Calma no solo va de educar a nuestros hijos, de educar a padres conscientes. Es una filosofía de vida basada en el autocuidado, respeto mutuo, comunicación eficaz, efectiva, eficiente y afectiva, en ser capaces de establecer nuestros límites, fomentar las relaciones horizontales, colaborativas, sentir que todos los miembros de la familia pertenecen y contribuyen, en equipo, tengamos hijos o no.

Una transformación, un cambio de paradigma, un trabajo de reflexión y sanación que empieza dentro de cada uno de nosotros para conseguir limpiar nuestras gafas y mirar a la vida y a nuestros hijos sin críticas, juicios, creencias… Con la pureza que necesitan y ofrecen al mundo.

¿En qué momento dejamos de ver a nuestros hijos como esos bebés que tanto nos necesitan?

La conexión con nuestros hijos se empieza a fraguar en el momento en el que nos enteramos que lo tenemos dentro de nosotros, a través de cada pensamiento, de cada caricia a tu barriga, de cada canción que bailas y disfrutas pensando en él o ella, de cada conversación en la que le cuentas cómo ha ido tu día o las ganas que tienes de poder abrazarle, al otro lado de la piel.

Una conexión que llega a un nivel tan elevado que en esas primeras semanas damos todo de nosotros para saber qué le ocurre en cada momento, porque siempre que llora es por un motivo, (hambre, sueño, frío, calor, cambio de pañal, necesidad de contacto…) Da igual, movemos cielo y tierra para conseguir darle lo que necesita, para reconfortarlo y calmarlo, sin condiciones.

Pero llega un momento, a partir de los ocho o nueve meses, en el que empiezan a hacer cosas que no entendemos, a las que no encontramos explicación, pensamos que ya son grandes, que tienen que empezar a desvincularse de nosotras, que tienen que entender cómo deben comportarse en cada momento…

Todo sigue teniendo un porqué, un sentido, una explicación, una meta que pretenden alcanzar, pero sin información es muy difícil que entendamos, que aprendamos a ver más allá de sus comportamientos y seamos capaces de afrontar y gestionar los momentos difíciles, desde la calma, reforzando y manteniendo la conexión con ellos a lo largo de los años.

Siguen siendo pequeños, nos siguen necesitando, los hijos necesitamos el aliento, cariño y amor incondicional de nuestros padres en todos los momentos de nuestra vida, en la infancia, la niñez, la adolescencia y también en nuestra vida adulta. Pero necesitamos a unos padres formados, informados, que sean capaces de acompañarnos desde la libertad, el respeto mutuo, el aliento y la cooperación, sin gritos, castigos, chantajes ni amenazas innecesarias, con técnicas, herramientas y recursos avalados por la neurociencia y que realmente funcionan.

Creo que no hay mejor inversión ni mejor regalo que invertir en ti, en conectar con tus hijos y mantener una buena y sana relación con ellos, desde la dignidad y el respeto que tanto merece la infancia y tan poco se ha valorado a lo largo de la historia.

Y no hablo de dejarles hacer lo que ellos quieran, sin normas ni límites, sin obligaciones ni nada que hacer, hablo de educarlos con el respeto mutuo y la dignidad que merecen, necesitan, que tú también mereces porque te irás a la cama sin culpa, sin ese sentimiento de haber podido hacer las cosas de una forma mejor. 

Una manera de educar que eres capaz de proporcionar si estás dispuesta a confiar en el proceso, si estás preparada para ver los resultados a largo plazo, al final del camino, si estás dispuesta a desaprender para volver a aprender, de esforzarte cada día por ser un poquito mejor, de equivocarte, pedir perdón y volver a intentarlo, juntos, de la mano, en equipo, creciendo cada día, en familia.

¿Tienes la maleta preparada?

Te invito a un viaje, el más maravilloso que harás en tu vida, te lo prometo. El viaje más fascinante, que nunca olvidarás, el que va a cambiar tus prioridades y le dará sentido a todo, haciéndote valorar lo realmente importante, a disfrutar de las pequeñas cosas, reencontrándote con esa niña que un día fuiste:

Acompañar a tus hijos a lo largo de sus vidas.

Pero tú decides cómo quieres hacer el viaje, ¿qué peaje estás dispuesta a pagar al decidir coger un camino u otro?

Estás al comienzo de la aventura y aunque nunca es tarde para coger ese tren, siempre hay cosas que se pueden mejorar, arreglar, pero todo el camino que llevemos recorrido ya lo vamos a llevar, lo vas a disfrutar y lo llevarán nuestros hijos en su interior.

También te invito a hacer una parada en el camino, un área de descanso en el que respirar, reflexionar, nutrirte y ganar impulso y seguridad. Un mapa de ruta que te acompañará a lo largo de todo el viaje para que nunca te sientas sola, donde siempre podrás volver a coger fuerza, aliento y foco cuando aparezcan los miedos, dudas e inseguridades.

Ya falta muy poquito para que el III Congreso de Educar en Calma abra sus puertas. Apunta en tu agenda los días 19 – 20 y 21 de julio porque tienes una cita (más bien varias) con 25 grandes expertos en distintas áreas que vamos a tratar como son crianza respetuosa, comunicación, adolescencia, alimentación infantil y nutrición, gestión del sueño, autocuidado y salud postparto, crianza multiespecie, gestión emocional, hipnoparto, separaciones conscientes, relaciones tóxicas…. ¡y muchas cosas más!

Las bases, todo lo que necesitas saber para iniciar el camino de la ma-paternidad en calma, con todos los conocimientos, herramientas y recursos que necesitas para conseguir dar lo mejor de ti y disfrutar de este viaje que con tanta ilusión has preparado.

Si quieres sacar el máximo partido a esta experiencia, sin esperas, a tu ritmo, con contenido exclusivo y los bonus que hemos preparado, el ACCESO PREMIUM es para ti. Con acceso a todas las ponencias, para que puedas verlas, volver a visualizarlas, escucharlas, sentirlas, reflexionar sobre el modelo educativo que quieres para tus hijos y sobre cómo quieres hacer este viaje junto a ellos.

Además, hasta el próximo lunes 18 de julio, puedes hacerte con tu pase PREMIUM a un precio de lanzamiento muy especial.

 

Un abrazo y gracias por estar aquí,

Foto de Tamara Bellis en Unsplash

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