¿Alguna vez te has parado a pensar en cómo te comunicas con tus hijos?
En general, los adultos tendemos a pensar que nuestros hijos no nos escuchan, nos ignoran, no nos prestan atención…
Y ya sabes que mi enfoque pone mucha fuerza en qué hacemos nosotros para que ellos decidan “pasar” de nosotros.
A continuación te detallo 5 errores que solemos cometer los adultos pero que no nos gusta recibir por parte de nadie, ¡así que a los niños tampoco!
1. Sermonear
Los sermones son largos, aburridos y unidireccionales.
No me hacen sentir que participo, que mi opinión es tenida en cuenta, ni que soy importante.
2. Decir NO
El NO no le gusta a nuestro cerebro, nos confunde y nos hace dudar sobre qué debemos hacer.
3. Hacer profecías
Las profecías no potencian la confianza en uno mismo, ni el sentimiento de capacidad.
Se cumplen habitualmente porque una persona con “poder moral” nos suele decir lo que pasará.
4. Ordenar
¿Dónde quedan las necesidades del otro cuando sólo recibe órdenes?
Al igual que el NO, a nuestro cerebro no le gusta recibirlas, nos hace sentir que no somos tenidos en cuenta, valorados ni importantes.
5. Culpar y acusar
Cuando recibimos acusaciones, cuando nos culpan nos sentimos cuestionados y juzgados, sin oportunidad de dar nuestra versión de los hechos.
Esta no es la mejor forma de buscar soluciones juntos, ¿no crees?
Cuéntame, ¿Hay alguno de estos errores que acabes de ser consciente que usas y quieres empezar a cambiar? Te animo a que dejes un comentario explicando por dónde vas a empezar.
Te servirá para comprometerte contigo misma y además, podré darte un poquito de aliento para conseguirlo.
Un abrazo y gracias por estar aquí,
