Celos entre hermanos

FECHA

Los celos entre hermanos son un tema que suele preocuparnos a los padres porque son momentos de estrés máximo para nosotros como educadores y padres, ya que el amor infinito que sentimos hacia nuestros hijos hace que en muchas ocasiones no sepamos cómo actuar correctamente. ¿Hay alguna forma de evitarlos?

Pues la realidad es que los celos son un sentimiento, una emoción, natural en el ser humano. Es normal sentir celos y más en una etapa como es la infancia en la que los niños quieren –y necesitan- ser protagonistas de toda la atención por parte de los adultos.

En algunas ocasiones la diferencia de edad entre los niños hace que éstos sean más mayorcitos y comprendan que hay un bebé que necesita la atención y los cuidados de sus padres. Otras veces los niños se llevan tan poco tiempo que casi ni les da tiempo a recordar ese momento en el que estaban solos teniendo a sus padres para ellos solos. Y nos quedan las ocasiones intermedias en las que los niños no tienen más remedio que aceptar que un nuevo miembro de la familia ha llegado para quedarse, aunque les reste protagonismo a ellos.

Reconozco que es un tema al que nos enfrentamos normalmente cuando estamos esperando a nuestro segundo bebé y familiares y amigos –o desconocidos- nos comienzan a decir lo mal que lo pasará nuestro hijo porque “lo estamos haciendo grande siendo pequeño”, “está empezando ya con rabietas y eso son celos” o “prepárate cuando llegue el hermanito/a”.

Lo recomendable es seguir nuestros instintos porque, como siempre os digo, los padres somos los mejores para nuestros hijos –aunque no siempre acertemos en nuestras decisiones-. Intentar no cambiar de hábitos por el hecho de esperar otro bebé, ni de vivienda cuando nazca éste/ésta será fundamental. Debemos mantener nuestra atención con nuestro hijo mayor –con nuestros hijos mayores si son varios- ya que también nos necesitan y realizar actividades con ellos, aunque sea con un bebé en brazos  (si sois porteadores tendréis las manos libres, que siempre viene bien 😉 )

No ocultéis a los niños la llegada de un nuevo miembro a la familia y pensad que tenéis mucho margen de tiempo para que se vaya familiarizando con el nombre, con los juguetes y con lo que será tener un bebé en casa –aunque hasta que no se vive no se sabe-. Si podéis acudir con él/ella a la consulta y que vea que hay vida que se mueve, irá integrando ese hecho en su día a día y lo vivirá con mayor naturalidad.

También poner sobre la mesa el hecho de que los niños no suelen mostrar celos cuando sus hermanos son bebés recién nacidos y es que los bebés no suelen llamar la atención ni hacer nada gracioso. Será más adelante, cuando el bebé crezca un poco y comience a hacer cositas graciosas, cuando llame la atención de la gente y será cuando el mayor comience a querer llamar la atención. Por eso es importante que todos nuestros hijos sean mirados y queridos.

¡Ah! Si surgen peleas entre ellos, pensad que son cosas normales de la convivencia. El hecho de que sean hermanos no implica que deban llevarse bien –aunque sí respetarse- y congeniar en caracteres. Pueden ser totalmente diferentes y no tener nada que ver el uno con el otro y eso, unido al roce de la convivencia, hará que surjan conflictos.

Y es que a veces los padres nos empeñamos en eso de que “como es tu hermano lo tienes que querer” y ¡hombre!, está genial que se quieran y se cuiden, pero recordad que ser hermanos no implica ser amigos. Dejemos que tengan libertad para elegirse. Solo con el hecho de pasar tiempo juntos, hará que haya roce, momentos de risas, de juegos, también de peleas… Pero, si están juntos, habrá oportunidad para que se quieran y se cuiden. A veces es cuestión de confiar en ellos.

Es verdad que en muchas ocasiones escuchamos a dos hermanos pelear y enseguida tomamos partido. Unas veces por el mayor, porque el pequeño chilla mucho y así no se piden las cosas. Otras veces por el pequeño, porque pensamos que el mayor se está aprovechando. Y muchas veces, si les preguntamos qué ha pasado y dejamos que nos lo expliquen, son ellos mismos los que se dan cuenta de que así no se puede jugar y llegan a sus propios pactos.

Os voy a dejar una serie de libros que en casa nos han ayudado tanto con la llegada de los nuevos hermanos como en los momentos en los que los celos estaban más presentes en nuestro día a día. Sobre todo hablan de las emociones, intentando normalizarlas, exteriorizarlas y dejando claro el mensaje para los niños: “los queremos siempre”. Espero que os sirvan.

Un abrazo y gracias por estar ahí,

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