Cambiemos nosotros para cambiar el mundo

FECHA

Muchas veces no nos damos cuenta de todo lo bueno que hacemos en nuestro día a día y, por consiguiente, no vemos todo lo bueno que hacen nuestros hijos cada instante.

Parece que la tarea educativa de los padres consiste únicamente en corregir aquellas conductas que no son las adecuadas y, a veces, olvidamos valorar el esfuerzo de nuestros hijos -aunque a veces no se esfuerzan, sino que le sale de forma natural- en ser buenas personas ayudar a los demás sin que nadie se lo diga, en hacer, en definitiva, un mundo mejor.

¿Somos justos con nosotros mismos?

Por eso hoy quiero reflexionar con vosotros sobre todo lo bueno que hacemos dejando de lado las mochilas, las culpas y los errores, porque como siempre os digo, si cogemos el error como una oportunidad de aprendizaje, es mucho más motivador para conseguir modificar aquellos gestos que no nos gustan tanto, y tener una mirada más limpia y más noble hacia el mundo que nos rodea.

Si como padres somos capaces de tratarnos con respeto y valorando activamente lo que hacemos por nuestro compañero de al lado, por nuestra pareja, por nuestros hijos,… es más sencillo que mostremos la misma disposición hacia los gestos de nuestros hijos.

Errores, dificultades, problemas,… Vamos a tener que enfrentarnos a retos de forma continua porque la vida es un reto contínuo; pero si únicamente nos fijamos en el error, en la dificultad, es mucho más negativo que si usamos esos retos para cambiar actitudes, para enfrentarnos de una forma proactiva, con ganas, con ilusión y, a veces, aunque parezca que las fuerzas flaquean,  saldremos adelante.

¿Y qué podemos hacer?

Estas actitudes que tenemos los adultos entre adultos hay que controlarlas porque somos nosotros, los mayores, los que modelamos las conductas de nuestros pequeños. Los niños nos miran siempre, aunque no siempre nosotros seamos conscientes de ello.

Así que para cambiar el mundo, empecemos por cambiar nuestros gestos, nuestras palabras, nuestras conductas. Empecemos a cambiarnos a nosotros mismos 😉

Hasta aquí la reflexión de hoy, espero que os haya gustado.

Un abrazo y gracias por estar ahí,

Guardar

Guardar

Si estás aquí es porque tus hijos te importan y quieres educarlos con dignidad y respeto mutuo, eliminando los gritos, chantajes y amenazas. Comienza con mis formaciones el cambio en tu familia
Descubre en qué punto estás y en qué necesitas enfocarte para ser la madre o el padre que tus hijos necesitan con mi test.
Únete a mi newsletter y te regalo mi e-book «Educar con cabeza y corazón. Un viaje consciente para Educar en Calma a tus hijos»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *