5 herramientas para aplicar la Disciplina Positiva con la pareja

FECHA

Después de haberos hablado sobre la Disciplina Positiva con la pareja, creo que ha llegado el momento de comenzar con algunos consejos, trucos o herramientas de Disciplina Positiva. 

Si no habéis leído el post anterior, creo que es fundamental tener un poco de información antes de meterse con las herramientas, más que nada para que podáis ver que se cumplen los principios de la Disciplina Positiva. 

Y ahora, vamos a ellos, ¿preparados?

¿Hay consejos útiles para aplicar la Disciplina Positiva con la pareja?

Sí, claro que los hay pero es importante que sepamos que con la Disciplina Positiva no conseguimos ni que los niños hagan lo que nosotros queramos (no se basa en la obediencia, lo siento, pero si has llegado a Disciplina Positiva pensando que es una metodología educativa en la que vas a conseguir que los niños te hagan caso, te has equivocado o te han explicado algo que no es cierto) ni que nuestras parejas (o amigos, o padres o suegros) funcionen cambiando porque el foco en la Disciplina Positiva no está en los otros sino en nosotros mismos y, eso sí que es verdad, a partir de nuestro cambio personal, cambiamos las relaciones con los demás pero a largo plazo y con mucho, mucho, mucho trabajo diario, de ese pico y pala y que nos hace aprender practicando, equivocándonos y volviendo a practicar.

Vamos con los consejos que al final me lío y me quedará un post demasiado largo. 

5 herramientas para aplicar la Disciplina Positiva con la pareja

  1. Para mí el primero, el fundamental, es ser conscientes de que tenemos que cuidarnos a nosotros mismos. Es imposible estar bien con una persona si primero no estamos bien con nosotros mismos. Sí, sé que hay rachas en las que estamos mal, más flojos, pero dedicar un ratito cada día (sí, cada día) a hacer cosas que nos gustan nos llena nuestra jarra, nuestras baterías y nos hace tener una mente más tranquila y sosegada. Así que nunca es tarde para comenzar y hay muchas formas de conseguir este auto-cuidado: leer un libro, escribir, cuidar una planta, pasear con tu perro, tomarte un café (conozco gente que si el café no es en un bar, no cuenta), una sesión de yoga, unos minutos de meditación (mi abuela dice que esto es lo mismo que lo que hacían antes las mujeres en el pueblo cuando iban a misa de diario y creo que lleva razón), hablar con una amiga, un partido de fútbol con los amigos, un rato de PlayStation (o la máquina que ahora se lleve, yo me quedé en esa), un baño relajante… Lo que sea que nos haga sentir bien será estupendo
  2. Otra cosa que tiende a cambiar con el paso del tiempo y no siempre somos conscientes de ello son los saludos. ¿Recuerdas cómo te saludabas cuando te encontrabas con tu pareja cuando comenzasteis la relación? Hay parejas que me dicen “sí, con un beso”. Sí, pero no cualquier beso. Era un beso de los de verdad, de película… Realmente era un beso que duraría 15 segundos que, actualmente, seguro que seguimos teniendo 15 segundos cada día para dedicar a nuestra pareja pero que cambia la llegada a casa. Porque no es lo mismo llegar a casa y que nadie te reciba (o que te reciba el niño o el perro) a que llegue tu pareja con un beso y una mirada de las de verdad, ¿a qué no? Así que yo animo a todas las parejas a cambiar la forma de saludarnos, a estar pendientes de esa cerradura que se va a abrir cuando nuestra pareja llega a casa y que la recibamos como se merece. Todo mejora, de verdad.
  3. Me parece importante ser conscientes de que tenemos que tener tiempo para la pareja, ¿por qué? Porque necesitamos sentir conexión y pertenencia con esa persona con la que hemos decidido caminar juntos. Y sé que no siempre es sencillo cuando hay niños o cuando aunque no los haya nos hemos asentado en una rutina en la que más que pareja parece que nos hemos convertido en compañeros de piso. Así que está muy bien tener reuniones de pareja y marcar ratos especiales para compartir una conversación mirándonos a los ojos, una cena un poco más especial que el resto de días (aunque el menú sean huevos fritos con patatas), un café mientras los niños están en extraescolares, un masaje en pareja o dándonoslo uno al otro, un cine o una película o serie en casa… Buscad vuestro momento aunque haya que madrugar para tomarse un café juntos, merece la pena
  4. Otra cuestión a tener en cuenta es que no siempre estaremos de acuerdo en las cosas, cada uno tendrá un punto de vista y es posible que haya conflictos, así que es importante poner voluntad para buscar soluciones y luego, una vez conseguido llegar al acuerdo, cumplirlo aunque no fuera mi mejor opción. Porque está claro que podemos decidir que cada día de la semana se encarga uno de la cena, por ejemplo, pero si luego no se cumple, pues vamos a volver a tener roce. Evidentemente si esa solución no está funcionando, quizá debamos volver a tratar el tema y enfocarnos nuevamente en soluciones, pero el compromiso también es importante y es algo que depende de nosotros.
  5. Hay un ejercicio práctico que hago con las parejas para que vean de una forma muy gráfica cómo es de complejo ser pareja y es un momento en el que la tensión desaparece y nos reímos mucho. Luego analizamos lo que hemos vivido y sentido, lo que se ha visto desde fuera… y siempre coincidimos en una parte que es fundamental: hacer equipo. Ser pareja implica hacer equipo y, para ello, necesitamos escucharnos, comunicarnos eficazmente, sostenernos, apoyarnos y tratar de mantener el equilibrio. Puede parecer sencillo y todos sabemos que no lo es. Pero a través de la consciencia en estos puntos, nos damos cuenta de cosas en las que podemos poner más de nuestra parte. 

Voy a publicar un próximo post con otros 5 herramientas porque creo que pueden aportar luz y claridad a este tema, y espero de corazón que os ayuden. 

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