Último día de colegio; y, ahora, ¿qué hacemos con los niños?

FECHA

El curso escolar se acaba, ahora toca cambiar de aires, de círculos, de ritmos… Ha llegado el calor, el verano, el sol; han abierto las piscinas y todos tenemos ganas de refrescarnos, de pasar horas en la calle, de comer helados y tomarnos algo en las terracitas. Aceptémoslo: a todos nos encanta el olor a verano  y esas noches eternas en las que más se disfruta cuando corre un poquito el aire. Esas mañanas sin madrugar, esas siestas largas y esas jornadas de piscina que tanto nos encantan a niños y a grandes.

Pero, año tras año, se nos plantea el mismo dilema de siempre: ¿Qué hacemos con los niños? Este año, desde hoy hasta el regreso al colegio en septiembre, serán, nada más y nada menos, que un total de 82 días si tus hijos comienzan infantil o primaria; y, 7 días más, si van a secundaria o bachillerato. El panorama puede ser desalentador para aquellas familias en las que ambos padres trabajen porque, aunque quisieran repartir las vacaciones y no coincidir entre ellos, no se consigue llegar a esa cifra de días. Así que toca valorar opciones distintas:

  • Enviar a los niños con los abuelos durante algunas semanas. Si los abuelos están bien de salud y pueden seguirles la marcha a los chicos, será una opción estupenda para que nietos y abuelos compartan tiempo y se conozcan más a fondo. Además, a los abuelos el concepto de “educar en calma” les suele gustar mucho (aunque lo normal es que como padres no les gustara nada de nada).
  • Hacer uso de campamentos deportivos y/o urbanos. Normalmente, incluso en el propio colegio suelen tener actividades distintas para los días de julio y agosto, con el fin de “ayudar” en la conciliación de los padres. Los chicos, suelen disfrutar practicando actividades deportivas, culturales o de ocio, aunque el lado más negativo es que siguen manteniendo horarios y rutinas escolares.
  • Clases de refuerzo. Quizá es la opción menos apetecible porque acabamos de terminar con las clases “ordinarias” y ya se empezaría a repasar de cara al curso siguiente. Quizá es recomendable para aquellos alumnos que necesitan reforzar materias, pero de etapas como secundaria y bachillerato y, siempre que se pueda, dejando algún día libre para desconectar y volver con las pilas cargadas.
  • Campamentos fuera de España. Es otra opción válida que, aunque requiere de mayor inversión económica; puede ser útil si queremos que nuestros hijos convivan con otras familias, aprendan un idioma y lo practiquen 24 horas, y se enriquezcan culturalmente. Los hay con programas de intercambio que pueden ser interesantes para ambas familias.
  • Contratar a una persona que se encargue de nuestros hijos durante las horas que necesitemos cubrir y los lleve a la piscina, al cine o a actividades culturales -tipo museos- durante las semanas que necesitemos. Hay estudiantes a los que les encantaría ganar un dinerillo durante las vacaciones de verano (al menos, durante algunas semanas, que también quieren y necesitan descansar) y tener un contrato de trabajo y ganar experiencia les vendría muy bien.

Las opciones, cuando ambos padres están trabajando, pasan, en muchas ocasiones, porque nuestros hijos mantengan horarios y rutinas; mientras que, si disponemos de abuelos o personas contratadas, ellos pueden llevar más ritmo “vacacional”. Si los padres envían a los niños con los abuelos (algunas semanas, sin abusar 😉 ), podrán disfrutar también de unos días “tipo novios” con salidas para ellos y sin la responsabilidad de los niños. Pero, como siempre, todo queda a la “libre elección” de los padres.

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