Reuniones familiares, qué son y cómo se organizan

FECHA

Educar en Calma debería ser nuestro mantra en nuestro día a día y, para ello, también tenemos que tener claro que el conflicto forma parte de nuestra vida. Lo importante no es que no haya conflictos ni os diré nunca que tenemos que huir de ellos. Lo que tenemos que tener son recursos que nos permitan afrontar los conflictos con seguridad y sabiendo que, si bien podemos no estar de acuerdo en algo, podemos estar de acuerdo en no estar de acuerdo. ¿Se entiende? Bien, hoy os quiero hablar sobre las reuniones familiares, que son una muy buena herramienta, no solo aptas para solucionar conflictos, pero sí para ayudar a los niños a resolver los problemas a través del diálogo y la palabra.

Os dejo con el vídeo en el que os explico en qué consisten estas Reuniones familiares y nos leemos a la vuelta.

¿En qué consisten?

Las reuniones familiares consisten en tener una reunión con todos los miembros de la familia creando un espacio de diálogo y de escucha activa en el que todos los participantes se sientan escuchados y valorados tanto en sus emociones como en sus propuestas para resolver los problemas.

Lo ideal será que se lleven a cabo una vez a semana, aunque también se podrían espaciar un poco más en el tiempo. Lo importante es que cuadremos agendas y organicemos estas sesiones eligiendo un día y una hora a la semana.

Si en algún momento algún miembro de la familia no pudiera estar presente, haremos la reunión sin él, pero debemos acostumbrarnos a respetar este espacio y este tiempo familiar.

Habilidades que se trabajan

Gracias a estar reuniones familiares vamos a trabajar habilidades sociales y de la vida que son muy importantes para los niños –y los adultos-:

  • Empatía
  • Comprensión
  • Escucha activa
  • Respetar la palabra y sus turnos
  • El pacto
  • La cooperación entre los miembros de la familia
  • El error como oportunidad de aprendizaje

El objetivo de las Reuniones Familiares

El objetivo fundamental es crear un espacio de escucha activa en el que todos los miembros de la familia podamos compartir los conflictos que han ido surgiendo y podamos trabajar cómo gestionarlos.

No consiste en echarnos en cara lo que hemos hecho mal a lo largo de la semana. Consiste en ir evolucionando y creciendo como personas y como familia. Y eso, es mejor hacerlo desde el diálogo, aprendiendo los unos de los otros y gestionando los conflictos de forma dialogada y en calma.

Organización de una Reunión Familiar

Las reuniones familiares llevan un orden que nos marca la Disciplina Positiva y que nos ayuda, a todos, a que el ambiente sea efectivo y podamos aprender.

  1. En primer lugar se comienza la reunión dando las gracias y mostrando agradecimiento ante esas cosas que nos hacen ser felices en nuestro día a día.
  2. Se hablan de los conflictos que han surgido a lo largo de la semana –y que deberán ser anotados en una agenda según vayan surgiendo- y todos los miembros de la familia propondrán soluciones creativas sobre cómo gestionarlos.
  3. Propondremos actividades para la semana siguiente, anotando en el calendario cuál será la programación de las mismas y qué cosas necesitaremos. Por ejemplo, si pensamos ir a la montaña, será necesario mirar el tiempo y preparar la comida y los enseres para esa fecha.
  4. Terminaremos la reunión con algún juego corto y familiar que lime las asperezas que hayan podido surgir a lo largo de la reunión. También podemos preparar un bizcocho para terminar con una merienda o con una cena un poco especial. Pasar tiempo en familia y aprender a gestionar sentimientos, emociones y conflictos es bueno para todos: nos hace crecer como personas y también como familia.

Una de las cosas que más me gusta de estas reuniones familiares es que debe de haber un Presidente y un secretario que vaya tomando nota de todo, así como el reparto del tiempo –para evitar que sean eternas-.

A los niños les encanta tomar el protagonismo cediendo la palabra y anotando cosas. Además, son papeles que pueden irse rotando semanalmente, por ejemplo.

Por supuesto, al principio seremos los padres los moderadores y los que gestionaremos todo con el fin de que aprendan cómo hacerlo.

Pensad que los niños, más o menos, empezarán a participar en las reuniones familiares en torno a los cinco años, así que debemos mostrarles cómo se hace para cuando puedan gestionar las reuniones.

Gestión del tiempo

El tiempo de una reunión familiar no debería de pasar de una hora –como máximo- y en muchas ocasiones con diez o veinte minutos será tiempo suficiente.

Quizá luego estéis más tiempo jugando en familia, lo cual es genial y un rato de disfrute para todos que hará que los niños tengan muchísimas ganas de que llegue el día y la hora acordados para hablar en familia.

Cosas importantes

  • Es importante no juzgar al que habla. El clima que deseamos es un clima tranquilo, de confianza y eso solo se consigue si el resto de participantes nos escucha con respeto.
  • Las decisiones que se tomen tienen que llegar a través del consenso y no de la mayoría, así que nos toca ceder a todos, reflexionar y pensar en todos y cada uno de los miembros de la familia. Si no se llega a ningún acuerdo en esta reunión, se dejará ese punto para la semana siguiente. Quizá tener una semana de margen haga que todos pensemos un poco más en ese punto y lleguemos al consenso deseado.
  • Dejar todo por escrito. Lo ideal es tener un cuaderno en el que podamos ir anotando las distintas reuniones y lo que sucede en ellas. De esta forma iremos viendo cómo evolucionan las reuniones, nuestros acuerdos, nuestras modificaciones en los pactos… Será interesante ver lo que ocurre en unos meses.

Espero que os haya gusta el vídeo y el post explicativo que os he preparado. Espero que integréis estas reuniones familiares en vuestra rutina familiar y que os sean de ayuda para mejorar como personas y crecer como familias.

Un abrazo y gracias por estar ahí,

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