Cómo quitar al pañal sin perder la calma

FECHA

El buen tiempo ha llegado y las temperaturas han aumentado considerablemente. Comenzamos a llevar ropa veraniega y lejos quedan ya las chaquetas, sudaderas y el pantalón largo que nos protegía del frío. Y es inevitable que muchos padres y educadores, aprovechando las temperaturas, decidan retirar el pañal ya que se lleva menos ropa encima. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Por eso, quiero daros unos consejos para quitar el pañal sin perder la calma (ni los niños ni los padres ni los educadores).

A ver, que haga buen tiempo no significa que los niños estén preparados para controlar esfínteres. El hecho de empezar “el cole de mayores” en septiembre no significa que los niños estén preparados para quitarse el pañal. Y, lo más importante, que los adultos deseemos quitar el pañal de los niños no significa que ellos estén preparados para dar este paso. Igual que no decidimos los adultos el día que darán su primer paso (y ya corren) o el día que comienzan a hablar (y ya hacen subordinadas), los adultos no deberíamos decidir cuándo deben los niños dejar el pañal.

El control de esfínteres es un proceso madurativo y personal de cada niño. Los adultos decidimos cuándo ponemos el primer pañal (que suele coincidir con el día que nacen), pero deben de ser ellos los que decidan cuándo abandonan el pañal porque se ven preparados, maduros y seguros para afrontar las situaciones que, desde ese momento, se les van a plantear.

Yo, cuando hablo con los padres siempre les digo lo mismo: quién es el protagonista en este proceso. Si entendemos que los “responsables” de este proceso somos los adultos, tendremos que ser nosotros los que estemos pendientes, los que los sentemos y les recordemos que deben hacer pis, deberemos recoger los escapes y “regañarnos” a nosotros mismos cuando ocurran porque no hemos hecho bien nuestro trabajo. Si, por el contrario, pensamos que los protagonistas deben de ser los niños, dejaremos que todo ocurra con mucha más naturalidad. Esperaremos de forma paciente a que nos digan que ya no quieren llevar pañal y, cuando lo hagan, respetaremos sus ritmos, sus palabras, sus escapes y les ayudaremos estando presentes y atentos a todas sus necesidades.

No es necesario sentar a los niños en el orinal cada diez minutos o andar con un orinal detrás de ellos para que aprendan a controlar esfínteres. Este proceso, como todos los procesos madurativos, necesita de tiempo y, afortunadamente, prisa es lo que no tienen (o deberían tener) los niños. Os contaré el proceso con un poco más de detalle:

Este proceso al que estoy haciendo referencia se llama proceso de mielinización. La mielina es una sustancia tipo grasilla que tenemos en el sistema nervioso y cuyo desarrollo no se termina de completar hasta los seis años. Esta mielina, recubre los nervios, facilitando que la información que entra a través de los sentidos, pase al cerebro rápidamente y que éste dé una respuesta eficaz para poder “solucionar” ese estímulo.

Básicamente podríamos analizar el control de esfínteres como la vejiga detecta que está llena, avisa al cerebro enviando a través del sistema nervioso la información; el cerebro la descodifica para entender lo que dice el mensaje y envía, codificando, la respuesta para la vejiga, que puede ser: “haz pis” o “espera, que voy a comunicarlo verbalmente y ahora harás pis”. Los niños, en función de su desarrollo lingüístico avisarán (o no) y se podrá llevar al niño al wc o nos avisarán más tarde (o irán ellos solitos). Como vemos, no es tan sencillo como pudieron pensar en su momento nuestras madres o nuestras abuelas. La ciencia, cada vez más implicada y desarrollada en esto de entender el cerebro, nos va diciendo cómo pensamos y cómo funcionamos.

De aquí que sea fundamental que los niños y los adultos no confundamos el hecho de controlar con el hecho de retener, porque no es lo mismo y las consecuencias son diferentes. Los niños que retienen son más propensos a tener infecciones de orina y estreñimiento en la edad adulta. El control de esfínteres nos hace libres de poder hacer pis (o caca) en el momento en el que nuestro cuerpo nos manifiesta esa necesidad biológica.

Además, no generar estrés durante este proceso hace que los niños lo vivan con mayor naturalidad, que disfruten de este aprendizaje, que conozcan su cuerpo y lo escuchen (algo muy importante en cualquier momento de nuestra vida).

Entiendo que hay muchos consejos por parte de familiares, amigos y vecinos que nos dicen que si no se lo quitamos nosotros ellos se vuelven “cómodos”, “no se lo quitarás hasta los dieciocho años”… Es todo falso. En el momento en el que los niños están preparados, se quitan el pañal por sí mismos. Algunos tendrán 18 meses (lo menos casos, creedme), otros 4 años y otros 6. No pasa nada. Cada niño es diferente y único, y todo –escuelas y colegios incluidos- deberíamos ser muchísimo más tolerantes y respetuosos con los ritmos personales de los niños. No son máquinas que a los dos años y cuatro meses estén preparados para abandonar el pañal. Cada niño llevará su propio ritmo. Si en algún momento tenéis dudas, podéis pensar en vuestra edad y reflexionar sobre si estáis “preparados” para hacer raíces cúbicas, integrales, escribir un libro o pintar un cuadro… La edad no es significativa para los procesos madurativos. Si hubiera cualquier problema, será el médico es que os vaya guiando, pero nunca vuestra vecina o la tía Carlota. Así que, si no queréis perder la calma ni que la pierdan vuestros hijos, confiad en ellos. Todo llega y el pañal es una temporada corta para lo que una vida entera es. Y, sobre todo, no hagáis un problema de algo que no lo es.

Si queréis ir familiarizando a los niños con el tema del orinal, el pañal, el pis y la caca (hay una edad en la que el tema les interesa mucho y les hace reír sin parar), os dejo un listado con cuentos infantiles para leer y que los niños no perciban el tema del orinal como algo agobiante:

Un abrazo y gracias por esta ahí

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