Educar en la empatía

FECHA

Muchos padres me piden consejo para saber qué deben hacer para que sus hijos sean seres empáticos, capaces de ponerse en la piel de los demás, y siempre les devuelvo la pregunta: ¿practicas la empatía con tus hijos? ¿Habitualmente sueles ponerte en su piel antes de juzgar, recriminar o marcar sus comportamientos?
Y es que la empatía no es algo sencillo de trabajar. Quizá menos cuando hablamos de un mundo en el que se premia la competitividad y las sinergías y ayudas mutuas brillan por su ausencia.

Sin embargo, es algo que las personas tendemos a hacer de manera natural. Es normal preocuparse por alguien al que vemos decaído, triste, con cara de cansancio… Eso se hace, sobre todo, porque seguimos siendo seres humanos que nos importamos los unos a los otros.

Pero también es importante trabajarlo, unas veces porque nos llevamos problemas a casa que no nos corresponden y otras porque somos muy dejados y no somos capaces de ver que la gente tiene problemas que le afectan, aunque a nosotros nos cueste creerlo.

Y con los niños ocurre un poco lo de siempre: queremos hijos sensibles, hijos empáticos, hijos cuasi perfectos pero con ellos no practicamos en nuestro día a día la empatía, la paciencia, la sensibilidad… Si de verdad queremos que se eduque su empatía, tendremos que hablarles desde muy pequeños de los sentimientos y emociones, de las alegrías de la gente cuando las cosas salen como querían o de la tristeza que da perder a una mascota. Tendemos que hacerles ver que nosotros, aunque seamos adultos, tenemos sentimientos y que hay cosas que nos duelen, que nos hacen daño o que nos provocan explosiones de felicidad.

Porque eso es la empatía: ser capaz de ponerte en la piel del otro y sentir sus sentimientos. Así que hablemos de sentimientos y pongámonos en su piel muchas veces, pensemos en lo que sienten, comencemos a hablar con ellos de corazón a corazón, imaginemos sus sentimientos, sus emociones, verbalicémoslas y pongámosles nombres para que las conozcan. No hay nada mejor para educar en la empatía que el hecho de que empecemos nosotros por ser seres empáticos con ellos.

Un abrazo y gracias por estar ahí,

Si deseas implementar la educación humanizada con tus hijos, reserva tu llamada sin compromiso

El primer paso lo das tú

Comienza aquí con la Educación Humanizada